Francia campeona y Croacia subcampeona. Así acabó el Mundial. Ya sé que es muy frío pero es la realidad de lo que queda de este torneo de fútbol. En los libros de historia aparecerán los galos con su título (el segundo tras el de 1998) mientras que los croatas aparecerán como finalistas. Y hasta ahí, porque pronto se olvidará la final de consolación, que ni es final ni consuela a nadie, entre belgas e ingleses con triunfo de los primeros.
Pronto olvidaremos lo bien que ha jugado Bélgica, la efectividad a balón parado de Inglaterra, la posesión inútil de España, y a aquellas estrellas que no brillaron, ya saben a quiénes me refiero.
Conclusiones varias: Francia es campeona con un delantero centro, Giroud, que no ha marcado ni un solo gol; en las alineaciones de Francia y Croacia en la final no hay ni un francés que juegue en la Liga francesa y ningún croata que juegue en la Liga croata; el máximo goleador del Mundial, el inglés Harry Kane, marcó seis goles (tres de penalti uno de rebote) en la fase de grupos y no volvió a marcar ni en octavos, ni en cuartos, ni en semifinales ni en el partido por el tercer y cuarto puesto; Alemania se fue a casa a la primera, y Argentina y España a la segunda; Italia no estuvo; solo hubo un 0-0 (Francia-Dinamarca y pactado por interés de ambos); solo cuatro tarjetas rojas, dos por doble amonestación; se han lanzado 27 penaltis, cifra récord desde los once metros; se estrena el VAR (videoarbitraje) con éxito y alguna laguna; pita la final el argentino Pitana que no había consultado para nada dicho VAR y en la final mostró más dudas que otra cosa; las pifias han alternado con las grandes paradas en las porterías; y Putin declara que ha sido el mejor Mundial de la historia.
Discrepo con el presidente ruso; ha habido Mundiales mejores aunque también peores.
Por cierto, hablando de Putin, ¿cómo ha conseguido que no aparecieran en todo el Mundial los ultras rusos tan peligrosos que vemos durante todo el año?
