"Ahora lo pienso y creo que no fuimos conscientes de lo que conseguimos". "Era alucinante, llegamos a disputar la Copa de la Reina con un equipo lleno de mallorquinas, como una familia". "Este fue nuestro trampolín, el mejor escaparate que pudimos tener. Creo que hablo en nombre de todas cuando digo que siempre estaremos agradecidas al 'Colle'". Maitane López (Murcia, 1995), Patricia Mascaró (Palma, le deben mucho al Collerense, casi tanto como lo que el club mallorquín les debe a ellas.

Estas futbolistas encabezaron, junto a otras compañeras, una generación de oro en el fútbol balear. Durante siete años sustentaron al Collerense en la máxima categoría nacional a cambio de poco o nada. "¡Claro que nos dio! Sería impensable poder vivir del fútbol sin haber vestido esta camiseta", reconocen ahora. DIARIO de MALLORCA reúne en el barrio del Coll a estas tres profesionales del deporte rey durante sus vacaciones en la isla para recordar lo que fue y lo que es ahora el fútbol en el ámbito femenino.

"Venía de jugar en La Soledad y a los 17 años me llamaron, corría la temporada 2007/08 y el equipo militaba en Segunda", recuerda Mascaró, quien actualmente acaba contrato con el Madrid CFF: "En mi segundo año en el club logramos el ascenso. Fui la primera en abandonar el Collerense después de cinco temporadas. Recuerdo que durante mi último año marqué 25 goles, ese fue mi escaparate de cara a los equipos profesionales. Entonces fiché por el Rayo Vallecano".

"Este club supuso mi estreno en Primera. Mi adaptación fue complicada porque venía del equipo rival (Sporting Ciutat de Palma), pero luego todo fue genial. Recuerdo que, tras tres temporadas, también hice un último año muy bueno, algo que me sirvió para fichar por el Levante", rememora Maitane. Ese mismo año, Guijarro abandona también el Collerense para poner rumbo a Barcelona. Allí le espera Mariona Caldentey y deja ese mismo año el club catalán la también mallorquina Virgina Torrecilla, rumbo al Montpellier de la liga francesa: "Empecé jugando con chicos y luego ya me pasé al femenino, donde estuve tres años. Fue el inicio de nuestra carrera profesional. Lo que hizo el Collerense, el hecho de estar tantas temporadas en Primera, no está lo valorado que tendría que estar".

El Baleares y su femenino

Pese a llevar ya unos cuantos años fuera de la isla, siguen muy de cerca la actualidad del fútbol femenino en Mallorca y valoran de manera muy positiva iniciativas como la creación de una sección femenina en el Atlético Baleares o el ascenso del Mallorca Toppfotball a la Segunda División del fútbol nacional.

"La Liga femenina en los últimos años ha evolucionado de manera brutal. En casi todos los equipos de la península se ha visto un aumento de presupuesto. Aquí parece que estamos más limitadas por el simple hecho de tratarse de una isla", reflexiona Maitane. "Todo lo que sea apostar por el fútbol femenino es bienvenido. Equipos que solo tenían sección masculina, apuestan ahora también por empezar a mover dinero en el femenino. Si nos alegramos a nivel nacional, qué decir si también se fomenta en clubes como el Atlético Baleares, un equipo con peso en Mallorca", destaca Guijarro. "Evidentemente está muy bien, pero tendrían que ir más allá. Intentar traer chicas de fuera, darles un sueldo, eso sería realmente apostar por el fútbol femenino. A todas las que estamos fuera nos encantaría, en un futuro, poder volver para retirarnos en un equipo que, al menos, nos dé algo para vivir. Ese es el problema del fútbol femenino en Mallorca", discurre Mascaró.

Siguen las dificultades

Las dificultades para ellas siguen vigentes y aunque se consideran unas "privilegiadas" por poder vivir "el día a día" gracias a lo que siempre soñaron, reconocen que ser futbolista y mujer no es fácil.

"El año que viene espero poder acabar Magisterio. Siempre he tenido muy claro que era muy importante seguir formándome más allá del fútbol. Puedes tener una lesión y ¿qué pasa? Vivo el día a día fuera de mi casa, no le pido nada a mis padres y me siento una afortunada, pero cuando esto acabe ¿qué?", se pregunta Maitane.

"Ese es el problema que tenemos. Estuve haciendo un curso de la AFE y te orientaban en cómo hacer un currículum el día de mañana. ¿Qué hago? ¿Pongo en experiencia profesional que he sido futbolista? ¿Eso a quién le importa? Ellos nos insistían que el trabajo de futbolista es como otro cualquiera, tienes unas rutinas, unos horarios. A veces parece que lo infravaloramos nosotras mismas", asegura Mascaró.

"Yo estoy estudiando Fisioterapia y pienso como ellas. El día que acabe tengo que tener algo a lo que agarrarme. El fútbol femenino da para vivir el momento, el día a día. Cuando me retire nunca tendré los ahorros de un futbolista de Segunda o Segunda B", reconoce por su parte Guijarro.

Maitane acaba de renovar una temporada más por el Levante. Guijarro hasta 2021 con el Barça y Mascaró anunciará en los próximos días su fichaje por un equipo de Primera, ya fuera de la capital. Ellas están viviendo la evolución del fútbol femenino en España y reconocen un cambio abrumador durante las últimas temporadas.

"Ver cómo se mueve el club con nosotras, la gente que viene a vernos, los fichajes que realiza el equipo... El femenino empieza a mover dinero y se nota. Hay una evolución, quizás lenta, pero la hay", reonoce Guijarro. "Yo lo noto en los seguidores, gente que te saluda por la calle porque sabe que eres futbolista. Recuerdo la primera vez que me pidieron un autógrafo? ¡Qué vergüenza!", atestigua Mascaró.

"En la Federación Española se ha notado también un cambio. Muchos clubes abren ahora sus estadios para que se juegue algún partido femenino. ¡Quince mil o veinte mil personas viéndonos jugar! Eso era impresionante. Desde Baleares se podría apostar por hacer un llamamiento a la Selección Autonómica, muchas comunidades lo hacen, ¿por qué nosotras no?", se pregunta Maitane.

Y entre sueños, anécdotas y muchos recuerdos se despiden otra vez de la que un día fue su casa, quién sabe si, para algún día, volver a vestirse de rojo.