No hay ningún tipo de justificación para explicar la eliminación de la selección española ante la vulgar anfitriona. Rusia ocupa la posición 70 en el ránking FIFA, un dato que lo dice todo. De la propia Rusia y de España. De nada sirve hacerse dueño del balón si apenas se intenta algo diferente, una incursión en el área, un remate, una combinación entre jugadores de calidad, que los hay, y de sobra, en el equipo de Fernando Hierro. Cumplida la tradición de que España nunca ha podido con un anfitrión, da más rabia pensar que se ha perdido ante uno de los peores equipos del Mundial. Nada hizo Rusia, más que resistir y esperar a alcanzar la lotería de los penaltis. Y como no se le puede exigir más, porque no hay más, no queda otra que felicitarle. España tiene que hacérselo mirar. Ha tirado por la borda una inmejorable ocasión de alcanzar los cuartos, pero si no se inquieta al portero rival de nada sirve después lamentarse.
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Análisis