Comienzan los octavos de final del Mundial de Rusia-2018, pero antes me quiero detener en los que para mí han sido los dos grandes nombres propios de la fase de grupos.
Y no me refiero a los que estáis pensando todos, los Messi, Cristiano, Lukaku, Neymar o Kane.
Me refiero a dos futbolistas desconocidos para el gran público pero que han entrado de lleno, y por derecho propio, en la historia de los Mundiales de fútbol. Son Felipe Baloy y Essam El Hadary.
Baloy ha sido el capitán de la eliminada Panamá, selección debutante en la fase final de un Mundial, y dentro de este dato colectivo está el individual del defensa y capitán panameño que marcó el primer gol para su país en una cita mundialista.
Fue en el partido contra Inglaterra, en el minuto 78, cuando su equipo ya perdía por 6-0. Pero eso daba igual y la celebración en el campo y en la grada, de sus aficionados, fue el éxtasis. Se celebró como si fuera un título, el título de lograr por primera vez un gol en un Mundial. Había que ver las caras en el campo y en la grada.
Por otra parte, El Hadary entró en la historia por otro concepto, el de ser el jugador más veterano en la historia de los Mundiales. El Hadary jugó con 45 años de edad en el Arabia Saudí-Egipto de la tercera jornada.
No jugó los dos primeros partidos. Pero en el tercer encuentro, ya eliminados, su seleccionador, Héctor Cúper le dio la alternativa y el meta egipcio entró en la historia de los Mundiales por su longevidad.
Seguramente ha habido acciones dignas de tener en cuenta en los primeros partidos de este Mundial en la fase de grupos, pero para mí la humildad y la modestia de dos jugadores desconocidos fuera de sus fronteras firmando dos estadísticas para la historia de la competición más grande de la historia del fútbol, les convierte en los dos grandes protagonistas de la primera fase.
Baloy y El Hadary son ya historia de los Mundiales de fútbol. El primero para siempre, y el segundo dependiendo de que alguien debute con más edad. Eso está por ver.
