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Mundialadas

España, un país de clubes

España, un país de clubes

Cuando la selección española ganó la Eurocopa 2008, el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012, ese triplete histórico nunca antes conseguido por ninguna selección fue celebrado a lo grande y por todo lo alto en toda la geografía española, del mismo modo que en todas partes el batacazo de Brasil 2014 fue una tragedia de envergadura comparable a los éxitos anteriores.

Pero España, a lo largo de los años e incluso en el presente sigue siendo un país de clubes, más que de selección, y concretamente de dos: Real Madrid y Barcelona, el binomio nacional por excelencia. En tiempos pasados, recuerdo como se calificaba al seleccionador de turno de madridista o culé en función del número de jugadores de uno u otro equipo que convocaba para las grandes citas. Recuerdo como los Miguel Ángel, Pirri, Camacho, Juanito o Santillana ya ´competían´ con los Olmo, Asensi, Rexach, Carrasco y compañía. Nunca se vio con buenos ojos que Zubizarreta fuera ´eterno´ en la portería, que Buyo no tuviera apenas oportunidades, que Julio Salinas jugara sí o sí o que Javier Clemente en su día sentenciara a la ´quinta del buitre´ formada por Sanchís, Míchel, Martín Vázquez y Butragueño.

Pero en estos tiempos se ha rizado el rizo y todo eso se ha superado con creces y dicha rivalidad se ha llevado al paroxismo y a otras selecciones. Un secto del barcelonismo querría ver a Messi campeón del mundo en detrimento de los Piqué, Busquets, Jordi Alba o Iniesta. Y un sector del madridismo celebra los goles de Cristiano Ronaldo, aunque puedan perjudicar el devenir de España en el Mundial de Rusia.

La hegemonía Cristiano-Messi ya es un Mundial aparte, un Mundial entre Madrid y Barcelona. Y lo mismo sucede con Rakitic, Luis Suárez, Modric o Kross. Las aficiones se ocupan de alimentar lo que se vende desde los medios de comunicación, un Mundial individual al margen de los países respectivos. Solo uno está entre Pinto y Valdemoro: Neymar. Unos por despecho y otros por interés.

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