El mundo del fútbol está lleno de contradicciones. Es una mezcla de egos, amistades, violencia, solidaridad y demás armas que las personas usan en su propio bien o en el mal ajeno, dependiendo de las circunstancias, el lugar y sus protagonistas.
Esta vez me detengo en la solidaridad. Egipto se enfrentaba a Uruguay en su estreno en el Mundial de Rusia. Hacía décadas que la selección egipcia no disputaba un Mundial y había llegado de la mano de Héctor Cúper, un entrenador admirado y querido en Mallorca como pocos. Egipto se enfrentaba a Uruguay y no todo aficionado tiene la posibilidad de acceder a un partido y en caso de hacerlo, a veces, rodeado de dificultades.
Y es que en el FanFest del partido Uruguay-Egipto un grupo de aficionados mexicanos y colombianos cargaron a pulso a un aficionado egipcio que iba en silla de ruedas para que pudiera disfrutar del partido en la que sin duda ya es una de las imágenes del Mundial de Rusia. Finalmente el duelo entre 'faraones' y 'charrúas' acabó con victoria de éstos últimos por lo que el izado egipcio disfrutó solo a medias. La solidaridad se impuso al resultado.
Por otra parte, en Irán, en la provincia de Kermanshah, a más de quinientos kilómetros de Teherán, un terremoto devastó una pequeña ciudad el pasado mes de noviembre. Fallecieron más de seis mil personas y hubo casi diez mil heridos. Siete meses después la zona sigue precaria pero aún así, el pasado 15 de junio, la selección iraní se estrenaba en el Mundial contra Marruecos y nadie quiso perderse ese estreno. Las televisiones fueron conectadas a las baterías de los coches y familias enteras se reunieron para ver el debut y la victoria de su equipo.
La solidaridad del fútbol parece no tiene límites y demuestra cada día que además de rivalidades, también une a los pueblos, ya sea izando una silla de ruedas para alcanzar a ver al que no puede o conectando la televisión a la batería del coche para ver en familia a tu selección a pesar de la situación vivida y sufrida con consecuencias terribles.
