El nuevo deporte femenino mallorquín tiene un emblema: Maria Victoria García Cañellas, más conocida como Mavi. Pluridisciplinar, carismática, solidaria y, sobre todo, popular. Con apenas cuatro años como ciclista, y a los 34 de edad, la palmesana -por méritos propios- se ha convertido en toda una referencia local, nacional e, incluso, internacional dentro del ámbito mundial del deporte en el que se ha profesionalizado. Recibirá el galardón de Diario de Mallorca el próximo 28 de junio.

Los aficionados al ciclismo nunca podrán agradecer suficientemente a su hermano -Luis García- que la convenciese para que probase la práctica de la bicicleta como deporte.

Es cierto, sin él ni lo hubiese probado. Ha sido una persona muy importante en todo lo que me ha pasado, aunque ahora se queja de que la gente se dirige a él como el hermano de Mavi, cuando antes ocurría al revés. Fue él quien me animó a probar el ciclismo, cuando yo ya no me acordaba ni de cómo se montaba en bicicleta. Después también han sido muy importantes, y me han ayudado mucho, el exprofesional Pep Juan, quien me llevó al equipo Bizkaia Durango, y mi compañero, Ángel González, que también es ciclista, y que al principio me tenía que empujar en las cuestas. Y no me puedo olvidar de una empresa pequeña, como es Depiline, que -sin pedirme nada a cambio- se hizo cargo del coste de mis viajes a la Península en mi primera temporada como ciclista.

¿Qué aspectos personales y deportivos considera que están marcando más su trayectoria?

Sin duda alguna, pienso que he llegado a lo que he llegado por mi cabezonería. Un aspecto que pesa especialmente en mi decisión siempre de que debo terminar todo lo que empiezo. Algo que también influye en que siempre me estoy esforzando, intentando ser mejor. Considero que es uno de mis principales valores y la clave para que las cosas salgan bien y pueda estar donde estoy. Me ayuda mucho a superar los momentos malos.

Si algo la distingue es siempre su buena actitud, proximidad y carisma, tanto en competición como fuera de ella.

Una es como es, y yo soy como soy. No hago las cosas para gustar más, ni para que se me reconozca. Incluso en ocasiones hasta me riñen, porque no sé decir que no y acepto compromisos que después me cuesta cumplir. Llega un momento en el que me saturo un poco, porque tengo mil cosas que hacer al mismo tiempo y me superan. Ante eso últimamente estoy aprendiendo a decir que no, aunque me cuesta.

¿Cuál de sus conquistas y éxitos deportivos considera más importante?

Siempre me gusta distinguir entre el más importante y el que más satisfacción me ha dado. Como importante me quedo con el título de campeones por equipos de duatlón del 2016 y el subcampeonato mundial individual del 2017. Y como mayor satisfacción, sin duda, la victoria en el Campeonato de España de ciclismo del 2016, que fue muy especial. Fue por un cúmulo de cosas. Tanto por lo inesperado como por lo emotivo y bonito que resultó, llegando sola a meta.

¿El fichaje profesional por el nuevo Movistar Team hasta qué punto le ha marcado?

Ha sido un cambio muy importante en general. Todo es super diferente y mejor. Te permite sentirte reconocida, tranquila y con mayor estabilidad en todos los sentidos. Con mucho apoyo y siempre respaldada por una gran equipo humano. Una gran estructura. Me ha permitido experimentar un cambio al cien por cien con respecto a todo lo anterior y disfrutar de mucha seguridad. Dejas de ir día a día y a no depender solo de los resultados, como me ocurría hasta hace poco.

¿Era un sinvivir?

Así es y eso que yo tenía resultados, aunque cuando no había las cosas cambiaban y el dinero que ganaba ya no era el mismo. Considero que para llegar a la situación que disfruto actualmente he debido pasar por mil cosas que otros no aceptarían. Tenía que trabajar para vivir y para disponer de tiempo para ir a entrenar en ocasiones hasta tenía que comer sentada en el water. Una locura.

Sin embargo, la profesionalización le ha supuesto tener que renunciar a la práctica del atletismo y el duatlón.

Es un sacrificio que pensaba que me costaría mucho más asumirlo y asimilarlo, pero lo llevo bien. Y eso que el duatlón es el deporte que más me gusta y con el que disfruto más. Al principio me lo planteé como una buena oportunidad para mejorar y centrarme en el ciclismo. Además, a cierto nivel se convierte en insostenible el alternar tantas disciplinas. Por ejemplo, cuando dejas unas semanas de correr a pie el cuerpo se deshabitua y ante el primer esfuerzo te salen las agujetas.

¿Piensa retomar el duatlón?

Sí, por supuesto, que volveré algún día al duatlón, e incluso probaré con el triatlón. Eso sí, por ahora no. Estoy muy centrada en el ciclismo y es un deporte que te absorbe mucho. En mi caso me obliga a pasar mucho tiempo fuera de casa, pero ahora es el momento de aprovechar la gran oportunidad que se nos ofrece.

¿A sus 34 años, entiende que aún dispone de margen de mejora en su rendimiento?

Esta temporada, pese a la caída de la Lieja, ya he notado una importante mejora en todo, terminando carreras con las mejores del mundo. Ciclistas con las que hasta hace poco ni soñaba con estar junto a ellas. Creo que el centrarme solo en el ciclismo es lo que me ha hecho mejorar un montón. También el haber cambiado la forma de entrenar. Ahora descanso más y voy más fresca a las carreras y he mejorado mucho. Con menos entrenamiento rindo mucho más. Antes me pegaba muchas palizas, realmente.

¿El exigente Mundial de ruta de Austria es su principal objetivo del presente año?

Será durísimo y brutal. La carrera más dura que habré disputado nunca, aunque para mí es positivo. Presenta un recorrido con mucha montaña, 160 kilómetros de recorrido y un desnivel positivo de más de 3.000 metros. Para mis condiciones es estupendo, pero nos llevará al límite. Lo prepararé para estar a tope y hacerlo lo mejor posible.

A largo plazo tiene los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

No me va la vida en eso, pero está claro que sería bonito estar allí. Una gran experiencia, que no está tan lejos y sería un punto de inflexión en mi vida. Es diferente al resto de competiciones que puedes preparar. Ma hace mucha ilusión y formar parte de un equipo, no correr sola, como ocurrió a España en los Juegos de Río.

Lo que ya ha conseguido Mavi García es ser referente para los más jóvenes y disponer del foco y tratamiento de igualdad que el deporte femenino reclama.

No me quejo. Eso sí, en general veo que las cosas cambian y que hay una evolución positiva, una mejora importante y que siga creciendo, sea por lo que sea, nos beneficia a todas. Es un movimiento generalizado del que las mujeres nos debemos aprovechar. Y lo de ser modelo para los más jóvenes es una percepción que tengo. Es raro, ya que yo solo hago lo que me gusta, pero ya he vivido varios casos y es algo muy bonito.

Lo que no se logra es que el ciclismo femenino tenga carreras específicas en Mallorca.

Es una lástima y muy triste. Me extraña, especialmente cuando hay antecedentes y más visto lo que estamos moviendo ahora.

¿Como ha vivido los cambios políticos de las dos últimas semanas en España?

Me parece que todo es un poco una locura. Muchos cambios, como un desbarajuste y con un gran gasto de dinero. Lo veo y lo comento, pero me mantengo bastante al margen. Es inevitable seguirlo y espero que al menos sea positivo para todos.