Ya lo dijo Del Potro en la víspera, minutos después de derrotar a Cilic: "Nadal es imbatible en París"No lo es porque ha perdido dos partidos en Roland Garros de 85 disputados, pero el que se ha visto esta tarde en la Phillip Chatrier sí lo es tras pasar por encima del argentino (6/4, 6/1, 6/2) en dos horas y trece minutos. Ahora mismo se antoja inverosímil pensar quién puede ganar al número uno en la que es su segunda casa, donde se mueve como los ángeles y que, a las primeras de cambio, mina la moral de sus rivales hasta hacerles desaparecer.

Es lo que ha pasado esta tarde en la central de París. Llegaba Del Potro amenazador, con su brillante trayectoria en el torneo y dispuesto a convertirse en el tercer jugador que le derrota en Roland Garros tras Soderling en 2009 y Djokovic en 2015. Pero tras un primer set de una gran calidad por parte de los dos jugadores, en el segundo el argentino, quinto del mundo, se ha venido estrepitosamente abajo. Ha desaparecido y ha dejado en bandeja la clasificación para la gran final del domingo a Nadal, que la disputará por undécima vez aquí y será la vigésimocuarta de su carrera deportiva. Números impresionantes que el de Manacor no está dispuesto a que se queden ahí.

El partido ha durado dos horas y trece minutos. Pero en realidad, se ha resuelto a favor de Nadal después de 54 minutos, los que ha durado un primer set apasionante, disputado de tú a tú y que se ha podido llevar cualquiera. Hasta siete pelotas de break ha desperdiciado el tenista de Tandil. A la primera que ha tenido Nadal, en el décimo juego, la ha aprovechado. Se ha cargado de moral y ha dejado tieso a su rival, que ya no ha levantado cabeza.

Una de las claves de la victoria de Nadal hay que encontrarla en su extraordinario servicio. No lo ha perdido ni una sola vez en todo el partido, y eso que ha estado a punto en siete ocasiones en la primera manga. Pero no se sabe cómo, siempre ha sabido salir del lío en que él solito se había metido para equilibrar el marcador. En el primer juego del partido ya ha superado un 0-30, en el tercero tres pelotas de rotura, otro 0-30 en el quinto que ha igualado magistralmente con dos dejadas, y otras tres en el noveno. Y en el décimo, a la segunda oportunidad que ha tenido el mallorquín no la ha desperdiciado para anotarse el set, que ha celebrado de manera efusiva porque ha sufrido de lo lindo. La diferencia entre un muy buen jugador como es Del Potro y un gran campeón como Nadal radica en este tipo de acciones. Mientras el primero no aprovecha las ocasiones que se le presentan, el segundo lo hace a la primera. Además del servicio, Nadal tenía claro que debía mover a su rival, de 1'98. Y así lo ha hecho durante todo el partido, dejando a su rival sin respuesta y sin aire. Y otra jugada de estrategia que le ha funcionado a la perfección han sido las dejadas. Hacía tiempo que no ponía en práctica tantas. Y es que Nadal sabía que, con su rival en el fondo de la pista, difícilmente iba a llegar, como así ha ocurrido en la mayoría de ocasiones.

El segundo set ha sido otra historia, como el tercero. Desde el noveno juego del primer parcial hasta el quinto del segundo ha enlazado siete consecutivos, que podrían haber sido ocho si en el sexto del segundo set no hubiera desperdiciado dos pelotas para anotarse la segunda manga. Daba igual. El servicio de Nadal ha sido todo un seguro de vida hoy y se ha llevado el segundo set por un claro 6/1. Se llevaban 95 minutos de partido y Del Potro se ha visto con dos sets abajo. El Everest reflejado en su rostro.

En el tercer parcial Nadal no ha querido dar a su rival ni la oportunidad de que se creciera y ya en el primer juego se lo ha roto en blanco. En su primer turno de servicio también le ha dejado sin sumar ni un punto. En el quinto juego le ha vuelto a romper con un revés espectacular para colocar un 4-1 inapelable en el marcador. Con servicio de Nadal en el octavo juego, el partido se ha acabado con una pelota de Del Potro que se ha ido larga. Por un solo juego no ha devuelto Nadal la paliza que le endosó Del Potro en las semifinales del US Open de 2009, con un triple 6/2 en lo que es la mayor derrota del mallorquín en un Grand Slam. El argentino ha sumado un juego más. Pero da igual. El de Manacor vuelve a plantarse en una final en París, la undécima de su carrera. Tendrá como rival a Dominic Thiem, temible como pocos porque ya sabe lo que es ganar a Nadal en tierra. Pero tendrá que hacerlo muy bien para derrotar al número uno si muestra el nivel exhibido hoy.