Ni diez minutos habían pasado desde que finalizara su partido contra Diego Schwartzman cuando Rafel Nadal hizo su aparición en la sala de prensa de Roland Garros. Tenía prisa. Quería solventar rápido el ineludible compromiso con los medios de comunicación para pegarse una ducha, ponerse en manos del fisio Rafa Maymó y descansar en el hotel. Por lo que ha ido al grano. "Tras el parón por la lluvia necesitaba un lavado de ideas. Tras el parón volví con una energía totalmente diferente. Me fui al hotel más confiado de lo que tenia que hacer, se había producido un cambio mental. En el inicio del partido no veía opciones, después mi revés empezó a funcionar mejor". De esta manera ha resumido Nadal su transformación tras el segundo parón por la lluvia en la tarde del jueves.

Preguntado por si el sol le ha beneficiado hoy, Nadal se ha mostrado sincero: "Ayer jugamos con sol mucho tiempo. No puedo estar buscando excusas. La lluvia me ayudó a reflexionar, pero lo que realmente cambia es mi forma de encarar el partido", ha insistido el diez veces campeón en París sobre su cambio profundo con respecto al primer set.

Nadal, que ha bromeado cuando se le ha preguntado si descansa bien -"salvo un relámpago a las tres de la madrugada que me ha despertado y me ha dejado algún tiempo sin dormir, sí", ha dicho entre las carcajadas de la prensa-, ha respondido de esta manera cuando se le ha cuestionado si está preparado para afrontar el partido de semifinales ante Del Potro y, de ganarlo, la final del domingo. "A partir de mañana se verá. Es el momento de dar un paso adelante y estoy preparado. No es el fin del mundo si se gana o si se pierde", ha señalado.

En el momento de la rueda de prensa, todavía no había acabado el partido que se disputaba en la Suzzanne Lenglen entre Del Potro y Cilic del que debía salir su rival. Finalmente será el argentino. "¿Cómo van?", ha preguntado el manacorí, interesado en conocer quién podía ser su rival. Como era de prever, ha tenido palabras de elogio para los dos. "Son rivales diferentes, pero muy difíciles los dos. Sacan muy bien y son agresivos desde el fondo de la pista. Tengo que serlo yo porque de lo contrario pasaré por dificultades". No cree que el físico vaya a influir. "Normalmente influyen otras cosas. La duración de su partido será similar al que he disputado yo, con interrupciones, por lo que el cansancio no será determinante", ha comentado.

Por último, a Nadal se le ha pedido que recordara la final de Roland Garros de 1998 entre su actual entrenador Carlos Moyá y Álex Corretja, de la que hoy se cumplen 20 años: "Lo significó todo para Mallorca y Baleares, fue un boom. Vi la final en casa y me quedó marcada", ha rememorado.

Y ha vuelto a provocar la risa de los presentes cuando un periodista le ha comentado un estudio por el que se considera que el madridista Cristiano Ronaldo, de 33 años, uno más que Nadal, tiene un cuerpo de 23. "Mi cuerpo probablemente tenga 45. No me preocupa. Me dedico a jugar a tenis. Tengo 32 años, soy feliz y acepto mi edad. Y estoy feliz por Cristiano que tenga 23", ha concluido.