A tenor de las estadísticas, Rafel Nadal no debería tener problemas esta tarde (no antes de las 15.30 horas, Eurosport) para plantarse en las semifinales de Roland Garros. Su rival es el argentino Diego Schwartzman, de 25 años, denominado 'el peque' en su país por sus escasos 1'70 que le convierten en el que posiblemente sea el jugador de más baja estatura del circuito. Sin embargo, esta circunstancia no parece que sea ningún inconveniente para este tenista que se ha ganado el aprecio de todos por su simpatía fuera de la pista.

No debería ser ningún problema para el número uno porque en los enfrentamientos entre ambos Nadal gana por un incontestable 5-0. La última vez que se han visto las caras no hace todavía un mes, el pasado 10 de mayo en la segunda ronda del Masters 1.000 de Madrid. El mallorquín se impuso 6/3, 6/4, en el partido en el que Nadal, con 50 sets ganados de forma consecutiva, batía el récord de 49 del norteamericano John McEnroe, que ostentaba desde 1984 en moqueta. Hay otro enfrentamiento entre ambos en arcilla. Fue en Montecarlo del año pasado, cuando se impuso Nadal en cuartos por un doble 6/4, en un partido en el que el de Manacor se vio obligado a remontar un 4-2 en el segundo parcial. En resumen, Nadal es favorito, como no puede ser de otra manera, y más cuando se mueve sobre su superficie favorita, pero es consciente de que le espera un partido complicado. Lo tendrá que sudar porque Schwartzman es una roca desde el fondo de la pista, con una derecha más que digna que le ha permitido llegar a sus primeros cuartos de final de un Grand Slam.

Nadal llega a la antepenúltima ronda sin ceder un set, aunque ha sido exigido por sus rivales. El italiano Bolelli en su estreno y el alemán Marterer en octavos, el pasado lunes, le forzaron una muerte súbita cada uno. El argentino Pella y el francés Gasquet, al que se impuso por decimosexta vez en otros tantos partidos, han sido sus otros rivales. Nadal ha ido de menos a más. Como es habitual en él, le cuesta entrar en los torneos, y Roland Garros, pese a haberlo ganado diez veces, no es una excepción. Pero en los momentos importantes, cuando tiene que dar el do de pecho, saca a relucir su calidad para desarbolar a sus rivales.

Schwartzman también ha disfrutado de un recorrido plácido en París hasta los octavos, en que remontó, en un partido épico, dos sets al sudafricano Kevin Anderson. Tras perder los dos primeros parciales de forma clara (6/1, 6/2), le dio la vuelta al partido llevándose los tres restantes por 7/5, 7/6(0) y 6/2. Estuvo contra las cuerdas porque Anderson desperdició un 5-3 en el tercer set, lo que a la postre condenó al finalista del US Open del año pasado a una derrota que no tardará en olvidar.

Otro duelo

La otra semifinal que se disputa hoy, y del que saldrá el rival del Nadal-Schwartzman la disputan el croata Marin Cilic, vencedor en cinco sets sobre el italiano Fabio Fognini, y el argentino Juan Martín del Potro, que camina con paso firme por París ya que solo ha cedido un set, en primera ronda ante el francés Mahut. El lunes se imouso al norteamericano Isner de manera incontestable. Pero esta es otra historia. La cita para Nadal es esta tarde ante el menudo jugador argentino, pequeño de estatura pero que se agiganta en la pista. Sabe que está ante el partido de su vida, lo que le convierte en doblemente peligroso. En Argentina, donde todos los ojos están centrados en la albiceleste de Messi a poco más de una semana del inicio del Mundial de Rusia, Schwartzman se ha hecho un hueco por méritos propios junto a Del Potro en la atención deportiva del país sudamericano. En las manos de Nadal, lanzado a su undécimo Roland Garros y decimoséptimo grande, está que su aventura no vaya a más.