Rafel Nadal atacan hoy (no antes de las 13 horas, Eurosport), los cuartos de final de Roland Garros en la pista principal Philippe Chatrier contra el joven alemán Mazimilian Marterer. Es la tercera vez que el número uno mundial juega en la Philippe Chatrier -victorias ante el italiano Simone Bolelli y el francés Richard Gasquet.

En 2013, Marterer era un espigado adolescente que tenía la suerte de entrenar con Nadal, ya entonces una leyenda del tenis mundial. Cinco años después, el tenista alemán regresa a la Philippe Chatrier, aunque para los octavos de Roland Garros y para desafiar al mismísimo Nadal.

Marterer, que cumple 23 años en pocas semanas, ha entrado en el cuadro principal de un Grand Slam por tercera vez. Lo hizo en el Abierto de Estados Unidos de 2017 -cayó en primera ronda- y en el de Australia de 2018, al que llegó a tercera ronda y en el que dejó por el camino a Verdasco.

Los octavos de final en este Roland Garros son su mujer resultado de su corta carrera profesional que comenzó en 2015. Después de eliminar al estadounidense Ryan Harrison (56 del mundo), al canadiense Denis Shapovalov (25 del mundo y considerado una de las promesas del tenis) y al estonio Jürgen Zopp (repescado como 'lucky loser'), ahora le toca el número uno mundial. "Siempre admiré a Rafa, pero quiero causarle algunos problemas", comentó este sábado, cuando recordó la práctica que hizo con Nadal en 2013. "Una vez practicamos incluso antes de un gran partido contra DjokovicDjokovc en la Philippe Chatrier", evocó Marterer, cuya superficie predilecta no es la tierra batida, sino la dura.

Marterer, que mide 1,91 metros y al que los amigos llaman 'Maxi', tenía entonces 17 años. Nadal, sin embargo, no se acuerda de este joven, aunque sí asegura haberle visto jugar.

Al término de la hora y media de práctica, el equipo que le acompaña en todos los torneos, su tío Toni, que está de visita en Roland Garros, sus padres, su novia, su hermana y un grupo de tenistas que pasaban por allí, por las pistas anexas al complejo, se acercaron a felicitarle.

Luego, como de costumbre la Federación Francesa de Tenis (FFT) le preparó un pastel y le hizo un pequeño agasajo. Finalmente, el tenista se paseó por los estudios de varias televisiones, donde probó más pasteles. Fue todo. Nadal no quiere perder la concentración en el camino hacia su undécima Copa de los Mosqueteros. Celebrar su cumpleaños ya no es noticia, porque lo ha hecho en trece ocasiones, todas desde que aterrizara en París en 2005 para hacerse rey de la pista, menos dos.

Una en 2009, porque el sueco Robin Soderling le eliminó tres días antes de que cumpliera 23 años en la que supuso su primera derrota en París, cuando ya contaba con cuatro títulos. Otra, en 2016, cuando una lesión de muñeca le envió a Mallorca seis días antes de festejar los 30, tras haber superado tres rondas en Roland Garros. Tampoco tuvo cuerpo de fiesta en 2015. Ese año, el día de su 28 cumpleaños sumaba la segunda derrota en París, a manos del serbio Novak Djokovic.