El mallorquín Jorge Lorenzo (Ducati) reivindicó su condición de campeón a pesar de las críticas surgidas sobre su rendimiento, al conseguir una contundente victoria en el Gran Premio de Italia de MotoGP que se disputó ayer en el circuito de Mugello.

Lorenzo, muy criticado y puesto en tela de juicio por los propios responsables de Ducati, consiguió ganar su primera carrera del mundial con Ducati en su vigésimo cuarto Gran Premio, algo que Valentino Rossi no consiguió nunca y Andrea Dovizioso, subcampeón del mundo del pasado año, lo hizo en su setenta Gran Premio.

El piloto de Ducati hizo una de sus carreras, aquellas que le permiten, por el ritmo que tiene, dominar la misma desde la primera hasta la última vuelta y el de Palma de Mallorca no falló y con un paso por vuelta constante en un minuto y 48 segundos se distanció de todos sus rivales para ganar con más de seis segundos de ventaja.

Junto a Jorge Lorenzo en el podio de Mugello, en donde el balear sumó su sexta victoria en MotoGP, estuvieron los italianos Andrea Dovizioso y Valentino Rossi, mientras que Marc Márquez, se quedó fuera de los puntos al sufrir una caída en la quinta vuelta, cuando era segundo, y aunque regresó a la pista, solo pudo acabar decimosexto..

"Cuesta digerir lo logrado, es algo muy grande. Pero también tengo un poco sabor agridulce porque, si para el motor hubiésemos tenido algo antes, si los ingenieros hubiesen confiado más en mí y si hubiesen traído un poco antes lo que yo pedía, la historia habría cambiado", criticó Lorenzo ante los micrófonos. "Pero, bueno, de aquí al final lo que hay que intentar es conseguir alguna victoria más, que siempre es difícil, y ahora disfrutar el momento con todo el equipo. Es una lástima porque estaba convencido de que al final iría rápido con la Ducati y conseguiría podios con Ducati; y, mira, al final ha sido una victoria. Ha sido demasiado tarde en ese sentido", admitió el mallorquín.

Lorenzo se mostró exultante después de ese triunfo sobre el circuito de Mugello. "Parecía que la victoria no iba a llegar, pero nunca tiro la toalla. Tengo mucho amor propio, mucha determinación, muchas horas de entrenamiento, con mi entrenador y con toda mi gente; muchas horas de sacrificio y malos momentos, demasiados en las últimas carreras. Probablemente es el día más feliz de mi vida", dijo. "Lorenzo nunca miente, siempre dice la verdad", espetó el piloto mallorquín para cerrar su discurso reivindicativo.