En los últimos quince minutos de partido el Poblense tiró por la borda el buen trabajo realizado a lo largo de una excelente temporada. Y fue en los dos partidos de la primera eliminatroia de la fase de ascenso a Segunda División B, de la que se despidió ayer.

Resulta difícil de explicar y comprender qué les pasó ayer a los pupilos de Óscar Troya en el partido disputado frente a un Salmantino que no hizo más que saber aprovechar las incomprensibles concesiones de los blaugrana, que con los goles de Joan Oller en astuta jugada y de Biel Gili, de lejano trallazo que se coló por la escuadra, tenían prácticamente sentenciada la eliminatoria en el minuto 74 de partido.

La primera parte se caracterizó por un juego muy contemporizador por parte de los dos equipos, que se emplearon en un acentuado centrocampismo y desplegaban esporádicas acciones ofensivas, sin demasiado peligro, ante las porterías adversarias.

Las más claras ocasiones las tuvo el Poblense, al que se vio más ambicioso durante los primeros 20 minutos, para luego ceder el control a los salmantinos.

Tras el descanso, el partido siguió bajo la misma tónica hasta que los locales se emplearon con mayor ambición, en un juego más directo hacia el portal visitante, y llegaron los goles de Oller y Gili (minutos 63 y 74), que hacían abrigar fundadas esperanzas de sentenciar la eliminatoria.

El gol, que a renglón seguido, minuto 75, subía al marcador del casillero visitante por obra de Garban, en una jugada de contragolpe, desconcertó a los blaugranas, que no supieron administrar debidamente su ventaja y vieron cómo un gol de Teje, de excelente cabezazo a la salida de un córner en el minuto 85, y otro firmado por el mismo autor en el 90 -recogiendo un rechace en un mal entendimiento del portero y un defensa-, rompían todas las ilusiones depositadas en esta eliminatoria por jugadores, cuerpo técnico, directiva y afición de un Poblense que tendrá que esperar a otra temporada para intentar de nuevo el ascenso de categoría.