Marcus Cooper Walz se colgó ayer su segundo oro en k4 500 en la I Copa del Mundo 2018 junto a sus compañeros Craviotto, Toro y Germade. España, a falta de las cuatro finales de 5.000 metros, totaliza siete preseas.

El K4 500, integrado además de por el mallorquín, por el catalán Saúl Craviotto y los gallegos Cristian Toro, cumplieron con las expectativas creadas en torno a la embarcación compuesta por tres campeones olímpicos y un campeón mundial.

Los españoles realizaron una gran salida y se mantuvieron como líderes durante todo el recorrido hasta entrar en meta como campeones, ante el delirio de los aficionados, volcados con las dos embarcaciones del equipo nacional húngaro, que completaron el podio.

En K1 500 el gallego Roi Rodríguez consiguió la medalla de oro en una regata muy rápida en la que deleitó al público ofreciendo un mano a mano con el portugués Fernando Pimenta. Esta es su segunda medalla tras lograr el bronce en K1 1000 y paleará el K1 5.000.

En K1 200 el gallego Carlos Arévalo confirmó el gran momento que atraviesa con una espectacular actuación que le ha llevado a adjudicarse la victoria.

El catalán Saúl Craviotto y el gallego Cristian Toro, campeones olímpicos en Río en K2 200, compitieron por primera vez desde aquel hito y lo hicieron volviendo al lugar más alto del podio con un triunfo en la Copa del Mundo. Su portentoso final les ha llevado a conseguir la medalla de oro.

El segundo título de campeones para España llegó con el primer puesto de los vigentes campeones del mundo de K2 500, el balear Marcus Cooper y el gallego Rodrigo Germade, con una regata de la que exhibieron su potencial con un dominio claro.

El gallego Roi Rodríguez en K1 1.000 sumó la medalla de bronce en una regata en la que mantuvo el ritmo en la parte de central y tiró de su calidad para subir en los últimos metros. Además, España tuvo participación en la final A de C2 500, donde Belén Díaz y María Corbera quedaron en quinta posición.