Lo intentó de todas las maneras, incluso dominó gran parte de la carrera en el circuito de Le Mans, pero otra vez la moto, la dichosa Ducati, le condenó a una discreta sexta posición. Jorge Lorenzo tuvo que conformarse con dicho puesto en un Gran Premio en el que Marc Márquez logró sumar su tercera victoria conseutiva de la temporada. En el podio le acompañaron los italianos Danilo Petrucci y Valentino Rossi, su archienemigo con quien no intercambió mirada alguna durante la celebración.

Lorenzo volvió a protagonizar una gran salida y antes de la primera curva ya era líder. El mallorquín trató tirar desde el inicio, pero un error al comienzo de la segunda vuelta le hizo perder toda ventaja acumulada. El de Ducati se mantuvo en cabeza durante nueve vueltas, hasta el momento en el que Márquez le adelantó y se marchó a por su tercera victoria. A partir de entonces el mallorquín se desinfló y fue perdiendo posiciones, hasta acabar en una discreta sexta posición. "La moto ha cambiado la ergonomía y en las frenadas me canso más. No hemos encontrado una solución para tener más apoyo en las piernas", señaló el mallorquín.