Manix Mandiola es el nombre del día, y de la temporada, en el Atlético Baleares. El veterano técnico vasco ha obrado el milagro, porque lo es que haya evitado el descenso a Tercera de un equipo moribundo cuando se hizo cargo del banquillo blanquiazul hace tres meses. Nada menos que a cuatro puntos estaba el equipo de las plazas de salvación. Mandiola ha puesto orden en el caos, un poco de sentido común y en muy poco tiempo ha solventado el agujero que era la defensa. De esta manera el equipo empezó a ganar partidos en Son Malferit, donde no lo hacía, y salió del pozo. Sin dramatismos, diciendo a las cosas por su nombre, Mandiola se ha hecho un hueco en el corazón de los aficionados balearicos. Desde el primer día, y pocos le creíamos, dijo que pensaba que la salvación era posible. Ayer el equipo se impuso al Ebro y logró la gesta. Bien haría Volckmann en asegurar la continuidad del entrenador que ha evitado un terremoto en el club de incalculables consecuencias.
El Mallorca ya conoce a los tres equipos que esta tarde entrarán en el bombo del sorteo y del que saldrá su rival en los dos próximos fines de semana en la eliminatoria por el ascenso: Rayo Majadahonda, Mirandés y Cartagena. Solo Moreno y sus ayudantes, que han visto mucho fútbol esta temporada, sabrán qué rival es más asequible. Pero hacer pronósticos cuando hay tanto en juego parece absurdo porque cualquier cosa puede ocurrir.
Moreno no quiere dejar nada al azar. Al regreso de Zaragoza, sin el técnico, que ayer vio en directo el Mirandés-Gernika, el equipo se concentró en un hotel para evitar que alguien celebrara antes de hora lo que todavía no toca. Moreno ha sido futbolista. Las tentaciones de la noche mallorquina son muchas, y aunque falte una semana para la primera gran cita, el técnico quiere a sus hombres en perfectas condiciones. No quiere que nada le perturbe del objetivo por el que fue fichado, el ascenso a Segunda.
Sin hacer excesivo ruido, Pepe Gálvez está triunfando en los banquillos. El sábado consiguió con el Mallorca B el título de campeón de Tercera, ante otro equipo campeón como el Poblense, con muchas opciones de subir a Segunda B. A falta de conseguir lo más difícil, el ascenso, el técnico mallorquín está realizando un trabajo inmenso en el Mallorca. Y en silencio. Cogió en una delicada situación al filial la pasada temporada, cuando Olaizola subió al primer equipo, y lo salvó de forma sobrada. Por culpa del descenso del primer equipo, también cayó el filial al pozo de la Tercera. Y de nuevo va camino del regreso a Segunda B en una temporada excepcional. Un entrenador de club al que más pronto que tarde le debe llegar su gran oportunidad.
Una nueva oportunidad se le presenta a Rafel Nadal en Roma esta semana para olvidar su eliminación ante Dominic Thiem en los cuartos de final de Madrid. El austriaco fue mejor que el mallorquín, que cometió más errores de los habituales. El de Madrid, por la altura, es el torneo de tierra que peor se le da. Por eso ´solo´ lo ha conquistado cinco veces. No hay motivo para que se enciedan las alarmas. Nadal puede perder ante Thiem, y más en tierra, donde el austriaco se presenta como uno de los pocos en que puede batir al mejor jugador de la historia sobre esta superficie. Ambos jugadores pueden volver a verse las caras en el Foro Itálico el próximo viernes si ganan sus partidos. Será un inmejorable examen para ver si lo de Madrid ha sido un accidente o hay motivos para preocuparse de cara al inminente Roland Garros.
