Dentro de siete días las cosas pueden estar más claras; ya sea para bien o para mal, pero más claras. El 'Milagro Manix', que no es el título de una película, aunque lo parezca, está cerca de consumarse. Reconozco que algún discurso del entrenador vasco a su llegada al Atlético Baleares no me gustó, pero no hay nada como dejar pasar el tiempo para dar o quitar razones. La salvación de los blanquiazules hace un mes era una quimera y ahora es posible, gracias al trabajo del entrenador y de su equipo y especialmente de un jugador, Xisco Hernández, recuperado para la causa en dos aspectos: en el físico después de su importante lesión y en el anímico, porque recuerdo que a este jugador estuvieron a punto de apartarle del equipo y nadie sabe aún por qué. Ahora marca golazos como el 'olímpico' de ayer en Son Malferit que pueden valer una permanencia. Mientras, el Mallorca se hace rogar. Le bastaba un empate en Sabadell para ser campeón de grupo y perdió. Y perdió porque no juega bien al fútbol, porque con los jugadores que tiene debería jugar bien, y jugando bien, a la larga, se gana. Además, visitar Sabadell tenía su simbolismo pues allí empezó a despeñarse el Mallorca con un 4-0 en el estreno de Segunda tras el descenso de Primera. A los bermellones les faltó de todo: convicción, creación, remate, profundidad, velocidad, etc. Es la primera vez que Vicente Moreno muestra su decepción, y reconoce que su equipo no estuvo por la labor, no se sabe si porque no pueden o porque no dan más de sí, o por lo que sea. Basta un punto, y es de suponer que en dos jornadas se logrará por aquello de asegurarse una eliminatoria directa, que evidentemente deberá afrontarse de otra manera para no convertir un éxito en un problema. Pero lo cierto es que la temporada se les está haciendo larguísima y es mejor que la acorten cuanto antes.
