Hacía tiempo que Mallorca y Atlético Baleares no compartían un fin de semana positivo. Esta vez, ambos equipos palmesanos han logrado un buen resultado en sus respectivos partidos, resultados que podríamos calificar de vitales a estas alturas de temporada y colocando a cada uno en su sitio en lo que a objetivos se refiere. En el caso del Real Mallorca, hay vida. Parece una afirmación entre gratuita y oportunista, pero es que después de seis jornadas consecutivas sin ganar y con una carencia realizadora importante, el hecho de volver a sumar los tres puntos y marcando tres goles, demuestra que este equipo sigue vivo a pesar de los tropezones. Además, los mallorquinistas ya sabían que el Villarreal B había ganado su partido por lo que la obligación de vencer, para no poner en riesgo el primer puesto, era imprescindible. Aún así, dormirse en los laureles porque vas ganando 3-0 tampoco es buena idea, de ahí que al final se sufriera más de la cuenta para acabar ganando 3-2 y pidiendo la hora. Y es que aquí nadie regala nada. El caso del Atlético Baleares es tan positivo como diferente porque la soga del descenso está demasiado cerca y ya no vale errar más, de hecho no hay apenas margen de error posible. A los blanquiazules solo les valía la victoria en el campo del Saguntino y un solitario gol de penalti de Xisco Hernández, aquel al que casi apartan del equipo en cierta ocasión antes de sufrir una grave lesión, le da a los suyos nuevas esperanzas de salvación. La permanencia se ve más cerca porque además de ganar, el Atlético Baleares ha visto cómo la doble derrota pitiusa de este fin de semana le favorece. Hay vida ´bermellona´ y hay ´esperanza´ blanquiazul, pero quedan más partidos y habrá que seguir buscando más vidas y más esperanzas. A la vista, encuentros muy interesantes para ambos equipos: Elche-Mallorca, casi nada, y Atlético Baleares-Ontinyent.
