"Si tenemos que esperar a que sean el resto de equipos los que nos saquen del pozo, apañados estamos. Ese es nuestro trabajo". Con estas palabras resumió Manix Mandiola el buen hacer de su equipo durante los últimos encuentros. Pese a su inicio titubeante al frente del Atlético Baleares, el técnico del conjunto blanquiazul ha devuelto las alas a los balearicos que, a falta de cinco jornadas, vuelven a creer en la permanencia.

El preparador vasco reconoció tras la victoria ante el Saguntino que su equipo sufrió mucho durante los primeros 45 minutos: "La primera parte nos han generado ocasiones de la nada, como si no conociéramos este campo, que es parecido al nuestro. Hemos ido mejorando con el paso de los minutos y se ha igualado el partido".

Mandiola tampoco escatimó en halagos hacia los suyos. "Evidentemente los jugadores tienen más calidad de lo que dice la clasificación y el juego y desde un principio he creído en ellos. Hace cinco jornadas os parecía impensable poder llegar así a estas alturas del campeonato, ¡hombres de poca fe!", aseveró el de Eibar en referencia al negativismo que rodeaba al equipo hace un mes. Ya para acabar, Mandiola volvió a lanzar uno de sus chascarrillos habituales. "Por suerte el psicólogo del equipo ha revertido la situación de estrés que vivía, aunque lo cierto es que yo creo que se ha refugiado en el alcohol, pero sea como sea, lo bueno es que lo hemos recuperado", reconoció entre risas el vasco.

Por su parte el goleador del encuentro, Xisco Hernández, quien ayer cumplió ciclo de tarjetas y no podrá ayudar a su equipo en el partido del próximo domingo ante el Ontinyent, reconoció que se le "paró el corazón cuando el balón golpeó en el palo" en el lanzamiento del penalti que dio la victoria a su equipo.