Nadie se imaginaba a principios de año que la lucha por la salvación iba a ser un camino sencillo, pero tampoco se creía en el Atlético Baleares que asegurar la permanencia se iba a complicar de tal manera. El equipo blanquiazul está penúltimo en la clasificación, con 32 puntos, a cuatro de la promoción y a seis de mantener la categoría.

La victoria de este pasado domingo, por 1-0 ante el Hércules, ha hecho aumentar las esperanzas de permanencia, tanto en la afición como en el cuerpo técnico y plantilla. Con seis partidos por delante para cerrar la fase regular, todo pasa por ganar el próximo domingo al Saguntino -que se ha metido en la pelea de los pobres tras acumular cinco derrotas y dos empates en siete jornadas- y por no soltar el pie del acelerador en los últimos cinco partidos.

Un tramo final de Liga en el Grupo III de Segunda División B que no será apto para cardíacos. Serán seis jornadas de infarto en clave blanquiazul, con cuatro enfrentamientos ante rivales directos y otros dos ante un par de invitados a los que la fiesta ni les va ni les viene.

Estos últimos son el Cornellà, que con 49 puntos piensa en la fase de ascenso, y el Ontinyent, que con 43 está casi salvado por la gran cantidad de enfrentamientos directos que habrá entre equipos que están peleando por la permanencia.

Entre estos se encuentra el Atlético Baleares, que arranca su particular esprint liguero ante un Saguntino que se ha metido en problemas cuando parecía salvado hace dos meses. Ganar es decisivo, porque es meter a un equipo más en la pelea; una lucha que puede favorecer a los de Manix Mandiola, si van sumando victorias, cuantos más equipos haya involucrados.

El Ontinyent, que ya no se juega nada esta Liga, llega después a Son Malferit, siendo el siguiente escollo la visita de un Llagostera que también anda metido en plazas de descenso.

El Alcoyano, con 38 puntos y que de repente se ha visto metido en el grupo que pelea por la salvación tras encadenar ocho partidos sin ganar (cinco empates y tres derrotas) será el penúltimo visitante de Son Malferit, en un encuentro que será, si se cumplen las mejores previsiones de los balearicos, decisivo. De hecho, puede ser vital ya que los dos últimos partidos son de alto riesgo para el Atlético Baleares. En la jornada 37 visitará al Cornellà, un equipo que pelea por meterse en la fase de ascenso, más que fiable en su campo y que solo podría dar alguna facilidad -y ni aun así- si se descuelga de la lucha por estar entre los cuatro primeros.

El último partido es en Son Malferit ante el Ebro. Los zaragozanos tienen 41 puntos y parecen fuera de peligro. Igual que Peralada o Sabadell -se enfrentan el domingo-, pero tienen varios partidos ante los equipos de abajo y aún deben asegurar los 45 puntos.