El Formentera, si un milagro no lo remedia, ha llegado al final de su histórico trayecto por la Copa del Rey tras perder ayer 1-3 con el Deportivo Alavés en el partido de ida de los octavos de final. El equipo rojillo sufrió demasiado castigo ante un adversario de Primera División que tuvo que recurrir al cansancio y los despistes de su rival para encarrilar la eliminatoria. Dos tantos de bella factura del delantero Demirovic y la puntilla de Munir, en la recta final, sentenciaron a un Formentera valiente que deberá apelar a algo más que la heroica para pasar de ronda, el próximo miércoles en Mendizorroza.

El encuentro, celebrado ante un millar de espectadores, arrancó con un dominio territorial del conjunto albiazul.Pero el Formentera conoce al dedillo su fortaleza; juntó líneas y adelantó la presión para incordiar la salida de balón de los de Abelardo. A los 9 minutos, un robo de balón propició un rápido contragolpe conducido por Adrián Riera que cedió a Nando, pero su disparo rebotó en un zaguero vasco.

El Alavés comenzó a inquietar los dominios de Marcos Contreras, hasta que llegó el gol. Tras una larga combinación, el balón cayó a banda, donde Víctor López sacó un centro medido que cabeceó a la red Demirovic para establecer el 0-1 (min. 35). Lejos de bajar los brazos, el Formentera reaccionó y a dos minutos del descanso tuvo el empate en un testarazo de Gabri que se estrelló en el poste izquierdo de la portería de Sivera. Adrián, haciendo gala de su gambeteo, se zafó de su marcador y habilitó para Bonilla, cuyo centro no pudo remachar a gol el mediocentro asturiano como sí hiciera en San Mamés.

El Formentera sacó la casta que le caracteriza en la reanudación y arrebató el balón al Alavés. Disfrutó el bloque pitiuso de un primer córner peligroso y, en el siguiente, Javi Rosa peinó el cuero en el primer palo y el balón entró por el segundo sin que nadie acertara a despejar (min. 54). El Formentera fue a un intercambio de golpes con su rival y pagó el cansancio físico. Con el marcador en contra, el equipo rojillo se volcó en busca del empate. Lejos de encontrar premio pagó su descaro y el conjunto albiazul sentenció aprovechando los espacios. Demirovic, otra vez, y Munir, llevaron la decepción a los pitiusos.