Una nueva derrota del Atlético Baleares (2-1) en La Almozara ante el Ebro ha puesto el punto y final a una primera vuelta para el olvido del conjunto blanquiazul. El parón navideño es la única lectura positiva de lo vivido en las primeras diecinueve jornadas. Los números hunden al equipo de Horacio Melgarejo en la parte baja de la tabla, en el puesto de promoción de descenso a Tercera División. Nueve encuentros suman sin conocer la victoria, un bagaje de cuatro de los últimos veintisiete puntos.

La directiva balear vendió durante la pretemporada humo sobre un equipo diseñado para disputar los play-off de ascenso a Segunda División. A día de hoy, lo más cerca que tiene el equipo de disputar una eliminatoria es para salvaguardar un puesto en la división de bronce del fútbol español. Ni Armando de la Morena durante las dieciséis primeras jornadas, ni Horacio Melgarejo, en las tres últimas, han sido capaces de disimular las carencias que arrastra el equipo desde su confección.

Parcheado por jugadores que no han dado la talla, desgastado por bajas importantes y salpicado por numerosas polémicas como la suplencia de Aulestia o el rifi-rafe con Xisco Hernández; el Atlético Baleares se ha ido hundiendo con el paso de las jornadas en la parte baja de la tabla, unos puestos que difícilmente abandonará si no se hace un buen trabajo desde el área deportiva durante el mercado invernal.

El conjunto blanquiazul salió al césped de La Almozara con el mismo guion de los últimos partidos y con Aulestia presenciando el encuentro desde el banquillo. Siete minutos llevaba el conjunto blanquiazul manejando el esférico sobre el césped cuando Adrián Cuevas recibió un balón dentro del área y no perdonó ante Carl Klaus. El fallo garrafal en defensa, con un Vallori y un José Ruiz descolocados, propició el primer tanto maño. En el 40, nuevamente Cuevas, ponía el 2 a 0, tras lanzar una pena máxima desde los once metros.

El Baleares llegaba al intermedio del encuentro superado por la situación. Castigado en exceso por el marcador y falto de ideas en el centro del campo. El argumento no cambió tras la reanudación, pese a los cambios introducidos por Melgarejo en el descanso.

Una individualidad de Francesc Fullana, en el minuto 60, aportó algo de optimismo al conjunto blanquiazul, cuando peor estaban jugando los mallorquines. Pese al gol, el Baleares no despertó y fueron mejores y más claras las oportunidades del Ebro en la segunda parte. Con el 2 a 1, el árbitro pitó el final del encuentro y puso fin a una primera vuelta para el olvido.

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