La excavadora encendió motores, levantó el brazo e impactó su cucharón sobre las gradas más elevadas de la tribuna sol. En apenas dos minutos atropelló, sin respeto alguno, medio siglo de recuerdos, cánticos, alegrías y decepciones. El antiguo Estadio Balear será, en pocos días, carne de escombros. Ayer se iniciaron de forma oficial las obras de rehabilitación del nuevo campo, una construcción que finalmente verá la luz la temporada que viene.

Una sonrisa asomaba incombustible en la cara de uno de los allí presentes. El presidente y propietario de la entidad balear, Ingo Volckmann, se dio un baño de masas, aplaudido, él y su desembolso económico de dos millones, por la treintena de balearicos que no quisieron perder la oportunidad de despedirse de la que durante tanto tiempo fue su casa.

Ahora la afición, como el propio Volckmann se encargó de corroborar ayer, deberá compartir hogar con su nuevo presidente, quien, después de tres años y medio al frente del club "ya" se considera "un balearico más". "El nuevo Estadio Balear también será mi casa. Yo ya me considero balearico", jaleó el alemán sobre la moqueta rociada de cristales del campo de la Vía de Cintura.

Cerca de 6.000 espectadores será el aforo que acogerá el nuevo hogar de los mallorquines. Un estadio que se verá complementado por Son Malferit, "porque en algún sitio tenemos que meter a todos los equipos de fútbol base", anunció Antonio Diéguez, asesor jurídico del club, durante el acto de derribo de la ruinosa edificación. "La idea es acabar con la mitad de altura de toda la tribuna sol. En cuanto a la grada cubierta, quedará como está ahora, naturalmente con su correspondiente restauración y adaptada a las nuevas necesidades", resumió Diéguez.

Pese a que en un primer momento la intención de la directiva blanquiazul fue la de jugar "los play-off de ascenso a Segunda en el Estadio Balear", finalmente, y según el propio Ingo Volckmann, ambos motivos tendrán que esperar, al menos durante la presente campaña: "El fútbol es así, hay años en que las cosas funcionan mejor y otras peor. Estoy tranquilo, si no se consigue el ascenso este año, se conseguirá el año que viene", razonó sobre la trayectoria del equipo. "Esta todavía no es mi casa, pero lo será. Si no es este año, será el año que viene", expresó sobre el esperado debut.

Sobre césped natural

El césped natural con el que contará el nuevo estadio blanquiazul será uno de los grandes atractivos del proyecto y el principal motivo de la dilatación en el tiempo de la obra. "Se estuvo barajando la idea de poder empezar esta temporada con césped artificial, pero finalmente se ha decidido, para garantizar un mejor resultado, posponer la inauguración oficial a la próxima campaña, con un campo en perfectas condiciones y un estadio ya acabado", aseguró el asesor jurídico del club.

Es en este punto, en el del césped, donde al parecer todavía quedan flecos pendientes de cerrar, aseguró Diéguez: "El Ayuntamiento ayudará en la moqueta del estadio, creemos que más o menos la ayuda se acercará a los 500.000 euros. Dicha partida ya se encuentra en el presupuesto del ente balear, lo único que queda por hacer es firmar el acuerdo con la Fundación del club, una firma que entiendo tendrá lugar de cara al año nuevo".

Los jugadores de la actual plantilla del Atlético Baleares fueron los invitados de honor al acto, con permiso de su presidente, y aprovecharon las últimas horas de vida del antiguo coliseo para fotografiarse en grupo ante las gradas que serán echas añicos en las próximas semanas.

Para clausurar el acto, Ingo Volckmann brindó con vino por el nuevo proyecto y aseguró que nunca antes un derrumbe le "había generado una sensación tan positiva". "¡Y el domingo los tres puntos chavales!", espetó airoso a sus jugadores.

La primera fase de las obras, que se iniciaron el pasado lunes con ciertos trabajos de limpieza, consiste en la demolición de todos los elementos inseguros de la infraestructura, provocando el derribo de la mitad superior de las gradas de sol, continuando por los goles y finalizando por la tribuna, a medida que se vaya disponiendo de las respectivas licencias.

En el proyecyo de obra se ha intentado respetar al máximo la actual fisonomía del estadio, prestando especial interés en una de las característica más singulares del estadio, el marés. Además, se derribará toda la estrucutura de tribuna cubierta afectada por aluminosis y se abrirán espacios entre las tribunas para facilitar el acceso y la evacuación.

Además de conservar el marés, la entidad balear también destacó que se utilizará la piedra como elemento constructivo y decorativo y se evitará el uso de residuos contaminantes.

"Queremos darle un carácter muy nuestro. Aunque no sea el estadio más grande, sí será uno de los mejores campos", destacó Antonio Diéguez sobre la cercanía de las gradas con el terreno de juego.