La Audiencia Nacional juzga este martes al presidente de Catalunya Acció, Santiago Espot, como promotor de la pitada al himno, en presencia del rey Felipe VI, en la final de la Copa del Rey en el Camp Nou entre el FC Barcelona y el Athletic Club, disputada el 30 de mayo de 2015.

Por estos hechos, la Fiscalía le pide una multa de 14.400 euros como autor de los delitos de injurias al Rey y de ultraje a España.

En su escrito de acusación, la fiscal Ana Noé relata que el acusado actuó "en ejecución de un plan preconcebido" con el "firme propósito de ofender y menospreciar al Jefe del Estado español y al himno nacional, por lo que ambos representan como símbolos para los sentimientos colectivos identificados con la nación española".

Para la ejecución de su plan, prosigue el escrito, Espot publicó el 28 de mayo de 2015 en el perfil de Facebook de Catalunya Acció, un manifiesto titulado "Por la pitada al himno español y al rey Felipe de Borbón".

El manifiesto señalaba que Cataluña "vive una situación política decisiva" y, añadía que en ese contexto "se explican las grandes movilizaciones de los últimos años que han conseguido poner la independencia de Cataluña como eje central de la política catalana".

Para llegar "a la victoria final, que no es otra que la proclamación del Estado catalán independiente", Espot planteaba añadir a los frentes "político, social, cultural o lingüístico" el de "la protesta colectiva cívica".

Centrado en ese objetivo vio la Copa del Rey de 2015 como "una ocasión inmejorable para manifestar una vez más que queremos dejar de ser súbditos del reino de España".

"Debe ser entonces cuando (...) todos los seguidores catalanes que asistan al partido (y los que no también) deben manifestar sonoramente su desacuerdo, tanto por la presencia del monarca como por el sonido de los acordes del himno español, con una sonora pitada, que sin duda acompañarán también los seguidores vascos".

A este manifiesto, según la fiscal, se adhirieron una decena de asociaciones soberanistas y el 29 de mayo todas ellas, junto a Catalunya Acció, desde su perfil de Facebook, anunciaron que repartirían "miles de silbatos a los asistentes a la final" para "hacer más sonora la protesta contra la presencia del monarca español y la interpretación de la marcha real en la capital de Cataluña".

Finalmente, recuerda el escrito, el día de la final se produjo "una masiva y colectiva pitada" que hizo "inaudible" el himno nacional, mientras se retransmitía este acto "nacional e internacionalmente", "consiguiendo así el acusado la materialización del plan ideado".

La fiscal rememora también que la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte formuló propuesta de sanción contra el acusado.

A finales de julio, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, tras decretar dos veces el archivo de esta causa, dictó auto de apertura de juicio oral por estos hechos al entender que las actuaciones investigadas "ofrecen méritos suficientes para exigir responsabilidad criminal".

El pasado 14 de noviembre, Espot compareció a petición de la Fiscalía como investigado ante Andreu y éste se acogió a su derecho a no declarar, alegando que se trata de una "causa politizada" y que se estaba vulnerando su derecho a la libertad de expresión.

Antes de llamarle a declarar, Andreu había archivado la denuncia que dio lugar a la apertura a esta causa, interpuesta por VOX y Manos Limpias, argumentando que la Fiscalía no vio delito en otra pitada al himno en 2009 en la final de la Copa del Rey en Mestalla (Valencia) y en presencia del jefe del Estado, por lo que fue finalmente archivada.

La Fiscalía se opuso a que se le diera carpetazo a este asunto alegando que, si bien se trataba de hechos "muy similares", no eran de "absolutamente idénticas características", y la Sala de lo Penal obligó finalmente a Andreu a investigar estos hechos.

En las dos anteriores finales coperas disputadas entre ambos equipos, con Juan Carlos I como rey, la situación fue similar, ya que se produjeron pitadas al himno español tanto en el Vicente Calderón madrileño, en 2012, como en el valenciano Mestalla, en 2009.