Diario de Mallorca

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El rincón de pensar

Un punto que maquilla una crisis

Domingo de ultimátums para unos, de reválidas para otros, y de gloria para quien, como Joan Mir, ya ha entrado en la historia de los Mundiales de motociclismo

Si había en Mallorca un acontecimiento futbolístico con morbo este fin de semana de partidos internacionales que han de cerrar la nómina de equipos que este verano jugarán el Mundial de Rusia, este era el encuentro que enfrentaba al Atlético Baleares con el Atlético Saguntino y al que se le dio el carácter de definitivo para el futuro en el banqullo blanquiazul de Armando de la Morena. El resultado final de empate abre una incógnita sobre qué tipo de decisión tomarán los gestores del club de la Vía de Cintura.

Maquillar el desastre

El postrero gol de Gerard Oliva, cuando el minutero del partido se agotaba, no hace sino nublar la decisión que se ha de tomar. El equipo de la Morena no solo sigue sin ganar en Son Malferit, sino que además no ofrece las señales, tanto en el banquillo como en el campo, de ser capaz de enderezar el rumbo.

El Atletico Saguntino no era ni mucho menos un rival fácil y llegaba a Palma sin haber perdido en los seis últimos encuentros. Los levantinos tuvieron todo el tiempo el partido controlado, hasta el marcador, y solo cierta falta de veteranía les ha evitado que se llevaran la victoria. El planteamiento técnico de De la Morena no encontró en ningún momento la solución para romper la ordenada defensa rival. Los cambios, uno forzado, otros estrambóticos, como el de situar a Vallori, un central como segundo delantero -hay que ver la de técnicos que rememoran la idea de Cruyff de colocar a Alexanco o Nadal en el área- no dieron resultados y desorientaron tanto al equipo como a la grada, que antes del 2-2 ya pidió la cabeza del entrenador local. La decisión está en manos de Volkmann, pero los números dicen que el Baleares, superado el primer tercio de Liga, está un punto por debajo del Formentera, con un presupuesto y una plantilla bastante inferior, pero a la que su técnico sí sabe sacar un buen rendimiento.

El Mallorca sigue con paso firme

En el otro lado de la ciudad, el equipo de Vicente Moreno sigue agotando los calificativos, con una trayectoria que, de continuar así, entrará en los libros Guinnes de los récords de la Segunda B. Ayer otra victoria con sabor a venganza, -ante un Lleida que apeó a los mallorquinistas de la Copa del Rey- lograda desde la practicidad y el aprovechamiento de las escasas oportunidades de que se disponen habitualmente en un partido de una categoría tan igualada.

El mallorquinismo ha recuperado toda su ilusión, aunque no deja de ser una lástima que haya tenido que ser después de haber caído tan bajo como cuando se milita en una categoría que ya no pertenece al fútbol profesional.

Un campeón y una mala gestión

Al margen del fútbol, la semana nos deja la certificación de que Joan Mir es un campeón con mayúsculas. Ayer, con el título en el bolsillo, no se conformó en Valencia con salir a rodar sin asumir riesgos, sino que completó una carrera en la que acabó segundo y batió el récord de puntos en una temporada. Le faltó apenas la guinda de quedarse a una victoria de igualar a Valentino Rossi en primeros puestos, pero se adivina que será capaz de esta meta y muchas otras, incluso en categorías más destacadas. Tiempo al tiempo.

El que también va a pasar a la historia por su falta de eficacia en la gestión de las instalaciones deportivas de Palma es el equipo de Cort. Tras el apaño para reparar la piscina interior se anuncia ya que la exterior no será operativa este verano. Aina Calvo admitió, en un balance de su fenecida alcaldía, que uno de sus peores errores fue no haber sido capaz de poner en marcha el polideportivo de Son Moix tras el desastre del cap de fibló. No sé si a los actuales rectores lo que pasa en Son Hugo les preocupa. A los palmesanos, seguro que sí.

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