Reparto de puntos en Son Malferit. Los nervios, la tensión, la mala suerte, las lesiones... Sea cual sea el motivo, el Baleares sigue sin sacar los tres puntos en casa. Pese al empate conseguido in extremis, ya no hay excusas, ni para el equipo ni para un técnico que, ante el Atlético Saguntino, ha vuelto a firmar una tregua con el club.

Manterner un día más a Armando de la Morena en el banquillo del conjunto balear sería una falta de responsabilidad por parte de la directiva. La ilusión y las ganas con las que aterrizó el excolchonero en Son Malferit se han ido diluyendo a base de resultados. Son cuatro consecutivos los partidos que acumula ya el Baleares sin conocer la victoria, proseguir con esta agonía sería dilatar una decisión que debería haberse tomado ya en los despachos hace varios partidos.

Ni De la Morena ha dado la talla, ni el equipo ha cumplido con las expectativas. Ante el Atlético Saguntino la grada no se calló y expresó su malestar por el devenir del equipo. La lesión de Xisco Hernández, que tuvo que ser sustituido en el minuto 44, al dejar clavada su rodilla izquierza sobre la moqueta de Son Malferit, acrecienta más si cabe la crisis blanquiazul.

Carl Klaus, en la portería, fue el primero que expresó el nerviosismo que está viviendo estos días el vestuario mallorquín. Rechaces incomprensibles y falta de entendimiento con la defensa no se pueden permitir a estas alturas del campeonato. Peso si el guardameta germano no dio la talla en los primeros minutos, poco pudo hacer en el 0 a 1. La defensa blanquiazul dejó vendido a su guardameta ante Granell, que recibió una pelota franca de Nuha dentro del área y anotó a placer en el minuto 26.

Mereció más, si cabe, el Saguntino en la primera parte, aunque con ese resultado pareció irse contento el conjunto visitante al vestuario. Antes, en el 44, se produjo la peor noticia de la mañana con la lesión de Xisco Hernández, que tuvo que ser sustituido por Borja antes del descanso. El futbolista mallorquín dejó clavada su rodilla izquierda sobre el césped y se tiró rápidamente a la moqueta para pedir la sustitución.

La segunda parte fue un querer y no poder de los pupilos de Armando. Vallori saltó al terreno de juego para ejercer junto a Gerard Oliva de delantero, una invención extraña que mejoró las pretensiones en ataque del equipo local pero dejó vendida a su defensa. La zaga balear se vio desbordada cuando Gámez puso una pelota franca en el 69 que Nuha aprovechó para poner el 0 a 2.

Fullana recortó distancias en el minuto 75, gracias a un gol desde los once metros. Ya en el 90, Gerard Oliva empató el encuentro, un resultado logrado in extremis que no debe maquillar el mal estado de forma del equipo. El resultado ya se mantuvo hasta el final del encuentro y el Baleares volvio a sumar un nuevo empate ante su gente. Se presenta una semana decisiva para el futuro del conjunto mallorquín.