Diez finales, que se han traducido en siete títulos, para un total de 77 partidos, es el balance de Rafel Nadal en 2017 -uno cada cuatro días-, a falta de conocer si participará en la Copa de Maestros que le garantizará, como mínimo, tres partidos más, alcanzando la cifra de 80 encuentros. Todo ello con 31 años en un año excepcional, sin duda a la altura de los mejores de su carrera.

El tenista que más se acerca a Nadal en número de partidos es el belga David Goiffin, con 76, que se ha destapado esta temporada y disputando el título de Montecarlo al mallorquín en la final del primer Masters 1.000 de tierra; le siguen el alemán Zverev con 74, el austriaco Thiem con 71 y el croata Cilic con 72. Roger Federer, con 54, ha disputado 23 partidos menos, dosificando su calendario al máximo, hasta el punto de que, tras conquistar el Abierto de Australia y los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami, se tomó un largo descanso que le llevó a prescindir de toda la temporada de tierra para llegar en perfectas condiciones a Wimbledon, torneo que también conquistó, por octava vez en su carrera.

Desde la final de Miami, en el mes de abril, perdida ante Federer, hasta la final de Roland Garros, en el mes de junio, conquistada ante el suizo Stan Wawrinka, lo que suponía su décima corona en la tierra de París, Nadal disputó 31 partidos prácticamente sin descanso, solo el que le proporcionó su eliminación en el torneo de Roma en los cuartos de final. Tres meses de gran intensidad y de máxima exigencia para su físico, que ha respondido de maravilla con el único contratiempo de su estrés en la rodilla derecha detectada en el torneo de Shanghái.

Los 77 partidos de Nadal, que pueden ser 80 si decide participar en Londres, están a la altura de sus mejores temporadas. El año que más jugó fue en 2008 con la friolera de 93 partidos. Fue el año en que conquistó tres de los cuatro grandes, Roland Garros, la recordada final de Wimbledon ante Federer en lo que es considerado el mejor partido de la historia del tenis, y el US Open, el primero de los tres que figuran en su palmarés.

En 2005, el año de su irrupción en la élite, con solo 19 años, disputó 89 partidos, que se tradujeron en once títulos, entre ellos el primero de sus diez Roland Garros. En 2011 fueron 84, otro año memorable. En 2012, 2014 y 2016, con 47, 58 y 51 partidos, respectivamente, han sido los años que menos ha jugado, mermado por las lesiones

En cualquier caso, Nadal ha vuelto a demostrar este año que si las lesiones le respetan compite al máximo nivel y son pocos los que son capaces de ganarle. De sus 77 partidos, solo ha perdido diez, lo que da una idea de su superioridad durante la temporada, que se resume en dos títulos grandes, Roland Garros y US Open, y la final del Abierto de Australia. Solo en Wimbledon, donde cayó en octavos de final ante el luxemburgués Gilles Muller, no alcanzó el partido decisivo en los grandes. Una temporada de Nadal para enmarcar y que, si le respetan las lesiones, aspira a repetir en 2018.