La continuidad de Carles Bivià y Roger Fornas junto a la incorporación de jugadores como Gediminas Zyle, Tautvydas Slezas, Rafa Huertas o el mallorquín Joan Tomàs, todos ellos contrastados en la Leb Oro, transmitían ilusión por una temporada instalados en la zona alta de la tabla. La realidad, tras siete jornadas, no es esta y el equipo dirigido por Xavi Sastre sólo ha sumado dos victorias en lo que va de curso y ha dejado escapar hasta tres triunfos del Palau Municipal d'Esports de Son Moix.

El sábado el Iberostar perdió ante el ICL Manresa en casa y, a pesar de hacerlo ante uno de los favoritos al ascenso, empezaron a sonar las primeras alarmas porque con este ya son cuatro los tropiezos consecutivos del equipo verdinegro.

Al término del encuentro Sastre se escudó en las bajas que ha sufrido el equipo esta temporada: Fornas se perdió los cinco primeros choques por una lesión en un dedo de la mano, Huertas no estuvo en Melilla por un virus estomacal y Slezas se lesionó ante Castellón y se perdió los dos últimos choques.

Bajas aparte, el Iberostar no está convenciendo a nivel de juego a los aficionados. Prueba de ello es la disminución de afluencia de público a Son Moix respecto a la temporada pasada. Hasta la fecha no se ha superado la presencia de 1.500 espectadores en un partido.

La falta de dureza defensiva, especialmente en la pintura, transmite mucha debilidad del equipo de Ciutat, que recibe una media de 80'3 puntos por encuentro y que ha perdido la fluidez ofensiva que caracterizaban a los equipos de Xavi Sastre. En ataque el Palma funciona por arreones y momentos de inspiración más allá de la línea de tres puntos de jugadores como Joan Tomàs, Rafa Huertas o Carles Bivià, que no consiguen una regularidad en el juego y que aparecen en chispazos.

Zyle está siendo el jugador más destacado y constante de la plantilla y requiere una ayuda de manera continuada de la línea exterior, que es capaz de desatascar la situación en momentos concretos pero que hasta la fecha no ha logrado tener una aportación constante que acompañe el gran trabajo del interior lituano. La pasada temporada el Palma promedió 79'6 puntos por encuentro y en la presente la media ha bajado hasta los 75'6 que, junto a declaraciones de Sastre en algunas previas de partido en las que aseguraba que buscarían un resultado bajo, deja claro que el Iberostar ha perdido la denominación de origen Sastre, en la que sus equipos se caracterizaban por un juego rápido, con posesiones cortas y potenciando partidos a resultados muy elevados.

Con todo ello, la mejor noticia para el equipo de la Platja de Palma es que la temporada no ha hecho nada más que empezar y que todavía queda mucho margen de maniobra para tratar de revertir una dinámica totalmente adversa. Con este objetivo, el Iberostar visita al filial del FC Barcelona este domingo (18 horas) en un choque importante para tratar de huir de la parte baja, sobre todo, porque el conjunto blaugrana también está instalado en la zona de peligro con el mismo balance de victorias y derrotas que los mallorquines. Ante la previsión de que, por primera vez en la temporada, Sastre pueda contar con todos sus jugadores para ese encuentro, el Palma buscará una victoria que se acompañe con una buena imagen del equipo para recobrar la confianza y pueda servir de punto de inflexión para que se consiga una inercia positiva ante lo que espera.