La travesía contra el cáncer ha zarpado del Real Club Náutico de Palma rumbo a la isla caribeña de Martinica. Cinco mujeres que han sufrido y superado un proceso tumoral navegarán 4.000 millas a bordo del Ocean Dream, un velero de 16 metros, para dar visibilidad a la enfermedad y recaudar fondos para la investigación mediante la venta de millas solidarias. Sus nombres son: Natalia Enseñat, Belén Camps, Mónica García, Elena Piña y Caterina Massutí. Más de un centenar de personas en tierra y unas 60 embarcaciones en el mar despidieron a la tripulación, cuyo periplo por el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, acompañadas del patrón profesional César Enríquez, se prolongara por espacio de unas cinco semanas.

Antes de la partida, el Real Club Náutico de Palma (RCNP) acogió el acto simbólico de entrega de su gallardete al equipo del Ocean Dream. “Nunca me había sentido tan orgulloso y emocionado al hacer entrega del emblema de nuestro club a una tripulación”, señaló Juan Besalduch, comodoro del RCNP, entidad que ha colaborado adquiriendo millas y dando soporte organizativo y logístico al proyecto, quien aañadió que en su condición de médico es consciente del “enorme valor” de esta iniciativa.

En el acto también estuvieron presentes representantes de las firmas patrocinadoras, la exalcaldesa de Palma Aina Calvo, madrina del Ocean Dream, y el presidente del Real Club Náutico de Palma, Javier Sanz, que alabó la iniciativa y se mostró “encantado” con la colaboración del RCNP y la “respuesta social, empresarial y mediática” que ha tenido el proyecto.

Somos un club deportivo y social sin ánimo de lucro, y este tipo de aportaciones están en nuestro ADN. La lucha contra el cáncer es algo que concierne a toda la sociedad. Se nos planteó la oportunidad de aportar nuestro grano de arena a través de Ocean Dream y la quisimos aprovechar. Toda la gente que está hoy aquí para despedir a estas cinco mujeres es la prueba de que hay que seguir trabajando en esta línea de dar visibilidad al cáncer, cada uno desde su posición”, declaró Sanz.

Aina Calvo, quien también superó un cáncer, recordó que, además de dar visibilidad al cáncer, “el objetivo principal de este proyecto es recaudar fondos para la investigación” y animó a los ciudadanos y a las empresas a seguir adquiriendo millas.

Hasta el momento se han recaudado 32.200 euros, una cantidad “importante, pero nunca suficiente” a juicio de Natalia Enseñat, impulsora de Ocean Dream. “Nuestra travesía tiene 4.000 millas, pero la solidaridad es infinita. Cuando más apoyo recibamos, más podremos ayudar a la Fundación Cris Cáncer, una entidad que se dedica a la investigación”, afirmó Enseñat, visiblemente emocionada por las muestras de ánimo que los asistentes al acto le daban a pie de pantalán. “Esto es increíble, un sueño para toda la tripulación”.

Las cinco marineras contra el cáncer reconocieron estar “nerviosas”, dado que sus conocimientos de navegación son básicos y ninguna de ellas ha realizado una travesía de estas características. “Al mar siempre hay que tenerle respeto, pero la experiencia y la profesionalidad de nuestro patrón nos da tranquilidad”, señaló Belén Camps, que quiso estar junto a sus compañeras en la salida a pesar de que se incorporará a la travesía en Lanzarote para sustituir a Caterina Massutí. Elena Piña, cuyo hijo de 7 años estuvo presente en la despedida, señaló que la travesía será “un máster no sólo de pericia marinera, sino de convivencia y de superación”. Caterina Massutí y Mónica García coincidieron en que “cuanto más se investigue el cáncer, el factor suerte dejará de ser tan determinante en la supervivencia”.

César Enríquez, por su parte, dejó claro que su prioridad es “la seguridad a bordo”. El patrón del Ocean Dream explicó que será conservador, sobre todo en las primeras jornadas de la travesía, mientras las tripulantes se hacen a la vida en la mar. El plan de ruta es realizar algunas escalas técnicas antes de llegar al estrecho, teniendo en cuenta que en los próximos días soplará viento fuerte del SO.

“Dependiendo de la meteo -indicó Enríquez-, elegiremos el mejor momento para cruzar al Atlántico. Pararemos en Barbate y pondremos rumbo a Lanzarote, donde se hará el relevo de Caterina por Belén y se incorporará Eduardo Horrach, un navegante con muchísima experiencia, para el tramo de Lanzarote a Cabo Verde y de allí dar el salto a Martinica a aprovechando los viento Alisios”.

Se da la circunstancia de que tanto César Enríquez como Eduardo Horrach también han superado un cáncer. Ambos son marinos profesionales y llevan toda la vida ligada al mar y la navegación.

El proyecto Ocean Dream ha sido posible gracias al apoyo desinteresado de más de 50 particulares y de varias firmas: Eserp Bussines School, Clínica Rotger y Quirónsalud Palmaplanas, Ángel 24, Fornés Logistic, MA Abogados y Fan Mallorca, además del propio Real Club Náutico de Palma.