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Análisis

Halloween

Halloween

Los muertos vivientes se apoderaron de Real Mallorca y Atlético Baleares en la jornada intersemanal en el Día de Todos los Santos. Hoy, Día de los Difuntos, es tiempo de reflexión.

Los bermellones jugaron su peor partido en casa en lo que va de temporada deambulando por el césped cuales zombis y los blanquiazules cavaron su fosa en Santa Eulalia.

Al Mallorca le faltó vida, fue un equipo lento, previsible, errático y en algún momento desconectado a pesar de haber empezado bien adelantándose en el marcador gracias a un penalti a los veinte minutos.

El 1-1 ante el Hércules significa el segundo empate consecutivo y los primeros puntos que se escapan de Son Moix.

Imprevisto, sí; pero factible, también. Nadie se lo esperaba, porque se estaban malacostumbrando con tanto triunfo.

Por su parte, el Atlético Baleares, que no gana en casa, ya tampoco lo hace fuera. La derrota por 2-0 en Ibiza ante una Peña Deportiva en puestos de descenso, antes y después de su victoria, desata una crisis importante en los blanquiazules.

El hecho de no haber ganado en casa en seis partidos disputados, que lejos de la isla el balance ya no es lo que era, que se empezara a cuestionar al entrenador desde un sector y a los jugadores desde otro, sin olvidar a la dirección deportiva, unido a la suplencia sorprendente de su mejor jugador, Xisco Hernández, o a los relevos injustificados en la portería, hacen que las dudas que ya se venían arrastrando sin capacidad de reacción hayan derivado en una sensación de descomposición muy peligrosa.

La semana no da tregua. Siempre hay tiempo de arreglar las cosas o de estropearlas más, si cabe. El Mallorca recibirá el domingo al Valencia Mestalla mientras que el Atlético Baleares visitará al Hércules que ha empatado en Son Moix. Atentos a lo que viene.

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