Las cuentas siguen estando claras para Joan Mir. Si queda primero o segundo en la madrugada del sábado al domingo en el circuito de Phillip Island, en el Gran Premio de Australia, se proclamará campeón del mundo de Moto3, el sexto de la historia y el tercero español.
Mir dejó de puntuar por primera vez en toda la temporadadejó de puntuar por primera vez en toda la temporada a los mandos de su Honda el pasado fin de semana en el Gran Premio de Japón, en el circuito de Motegi, una carrera pasada por agua y dominada de principio a fin por el italiano Romano Fenati (Honda), el único piloto que todavía se puede interponer en su camino hacia un título mundial que parece cantado. Mir, decimoséptimo en Motegi, en su peor resultado del curso, ha visto reducida su ventaja de 75 a 55 puntos, que debe ser suficiente para conseguir el título, si no en Australia, sí en Malasia, en el circuito de Sepang, o en la última carrera de la temporada, en Cheste (Valencia). "No me gustaría ganar en Valencia porque querrá decir que no he aprovechado las oportunidades que habré tenido antes", dijo Mir en una rueda de prensa en el Palma Arena, antes de iniciar la gira asiática.
Las condiciones meteorológicas en Australia serán, a priori, muy diferentes a las de Japón el pasado fin de semana. La previsión de lluvia para las tres jornadas (de viernes a domingo) solo dan un veinte por ciento de posibilidad de lluvia, con temperaturas entre diez y quince grados. Si no llueve, las opciones de Mir son máximas para proclamarse campeón este fin de semana, en el que puede ceder hasta cinco puntos a Fenati para entonar el alirón.
Mir, que se ha impuesto en ocho carreras esta temporada, sabe que, en condiciones normales, tiene el título en el bolsillo. Y que si la carrera se celebra sin contratiempos, ha demostrado con creces que lucha por la victoria en todos los circuitos. Admitió tras el aciago fin de semana en Japón que el hecho de jugarse el título pudo haberle puesto un poco más nervioso de lo normal, y que fue un hándicap que jugó en su contra. Y se mostró autocrítico con su rendimiento "porque puedes ir más tenso en algún momento de la carrera, pero no todo el fin de semana", se sinceró Mir, de 20 años.
El piloto palmesano, que puede proclamarse campeón en el circuito donde debutó en el Mundial en 2015, prepara en Victoria una semana crucial. En compañía de sus inseparable entrenador Dani Vadillo; su manager Paco Sánchez; el preparador físico Tomás Comas y el ingeniero italiano Christian Lundberg, su jefe en el box, sigue la rutina, estricta y disciplinada, que se ha impuesto toda la temporada y que ha puesto en práctica cada vez que está en Palma, entre carrera y carrera. Salidas en bicicleta por carreteras poco transitadas, algo de motocross en el circuito de Inca y en un terreno particular, mucho gimnasio, numerosos entrenos en el Circuit de Llucmajor y una de las disciplinas que más le gusta practicar cuando está por la isla, jet ski, un deporte sobre moto de agua.
Mir, a quien ya comparan con Marc Márquez, y no solo por su perenne sonrisa, se muestra aparentemente tranquilo. Todo se juntó en Japón -lluvia, sanción de seis puestos y discreto rendimiento de su Honda- para que no se proclamara campeón. En Australia está convencido de que será diferente.
