Lamentando su falta de oficio, pero "contenta" y "satisfecha", aunque sin haber sido capaz de brillar con luz propia, sacrificándose a favor de las opciones de la riojana Sheyla Gutiérrez. Así terminó ayer Mavi García su primera participación en un Mundial de ciclismo en ruta. Eso sí, ocupando la posición número 31 de una carrera de 152 kilómetros de recorrido que completaron 76 mujeres y registró 77 abandonos. Y eso que se disputó con sol, pese a desarrollarse en la noruega 'Ciudad de la Lluvia', como se conoce popularmente a Bergen.

Un debut en positivo en el que en el caso de la mallorquina destacó especialmente que fue capaz de terminar la prueba codeándose en el mismo grupo de las ciclistas que lucharon por las medallas de plata y bronce -que se colgaron, respectivamente, la australiana Katrin Garfoot y la danesa Amalie Dideriksen-, después de que la holandesa Chantal Blaak, pese a sufrir una caída, entró en meta en solitario. Disfrutando de una ventaja de 28 segundos sobre el pelotón de las primeras, en el que estaba Mavi García y en el que Sheyla Gutiérrez aprovechó para concluir decimoséptima.

De esta forma Gutiérrez y Mavi se confirmaron como las dos únicas españolas capaces de tutear a las especialistas de las grandes clásicas y principales pruebas del calendario internacional.

La selección holandesa dominó y controló la carrera en todo momento. Sus componentes marcaron la diferencia en las dos últimas vueltas al circuito mundialista, de las ocho que se completaron. El primer momento clave de la carrera, en la parte final de la penúltima vuelta, ya tuvo como protagonista a la finalmente coronada campeona. Una Chantal Blaak, de 27 años, que se quedó sola en cabeza de carrera a siete kilómetros de meta. Una situación de privilegio que aprovechó, imponiendo sus condiciones de rodadora, prolongándola hasta la línea de meta de Bergen.

A la hora de valorar su actuación Mavi García no dudó y reconoció que el Mundial le ha permitido convencerse y darse cuenta que "todavía me queda mucho que aprender en el ciclismo".

"Estoy contenta, pero una vez más me he dado cuenta que en grupos grandes todavía fallo en el tema de la colocación y que eso me obliga a gastar más fuerzas de las que tengo y me impide ayudar más a mis compañeras", admitió la campeona palmesana. Y es que asumió sonriente, y con su característico carisma, su falta de oficio y experiencia en grandes pruebas, ya que con 33 años aún afronta la que es su tercera campaña como ciclista profesional.