El premio del derbi de ayer se lo llevaron la aficiones. Si a lo largo de la semana han sido protagonistas con sus confrontaciones e incluso antes del partido lo fueron con sus voceríos y su intención de imponerse sobre sus oponentes, lo cierto es que el duelo entre el Atlético Baleares y el Mallorca se saldó con una nota alta para sus respectivas hinchadas ya que, además de no protagonizar incidentes dentro del recinto, se comportaron con gran deportividad.

Un ejemplo fue algunos aficionados del Mallorca que tuvieron el valor de cruzarse toda la grada principal de Son Malferit con la camiseta roja y no pasó nada. Apenas fueron increpados por unos pocos.

Son Malferit se vistió de gala, no cabía nadie más, en parte porque la policía evitó que entrara más gente que el aforo máximo. Los aficionados del Mallorca fueron colocados en una esquina, estratégicamente separados de los blanquiazules. Fueron pocos pero se les oyó. Tuvieron muchos recuerdos, especialmente con el defensa balearico Vallori al que le dedicaron varias frases como "Vallori, te queremos" y "Vallori, suplente". También los hinchas bermellones tuvieron palabras para Son Malferit al decir "Esto no es un campo, es un futbolín".

Si Vallori fue el foco para los hinchas rojillos, Maheta Molango y el portero Manolo Reina lo fue para la afición local. "Maheta, Maheta, Maheta... oéoéoéoé", "Maheta, saluda" fueron los gritos que tuvo que escuchar el máximo ejecutivo del Mallorca, al que la hinchada balearica le 'agradeció' el descenso de su club. Maheta se mostró frío, miró a la afición local pero no saludó. El directivo rojillo vio el partido con sus aficionados aunque muchos no se mostraron muy satisfechos. "Su gestión ha llevado al equipo a la Segunda B. Si estamos aquí es por culpa suya y ahora viene con nosotros", dijo Toni Verd.

La picaresca de Reina, que propició la expulsión de Oliva, al simular un pisotón, fue el motivo que a lo largo de toda la segunda parte la hinchada local arremetiera contra el cancerbero malagueño. "Manolo, tírate!" y "Manolo vete al teatro" fue lo que escuchó el portero rojillo.

Pocos fueron los que se perdieron el derbi. Uno de ellos fue el presidente de la Federación, Miquel Bestard, que estaba en Madrid con la selección española de fútbol. Sí que acudió el alcalde de Palma, Antoni Noguera. "La verdad es que este derbi me gustaría que se disputara en otra categoría. Es un enfrentamiento apasionante", dijo al descanso, y añadió: "Ahora nuestra prioridad es arreglar los estadios de estos dos equipos". También se pudo ver al vicepresidente del Govern, Biel Barceló. El presidente del Atlético Baleares, Ingo Volckmann, estuvo en el palco.

Las localidades no estaban numeradas lo que propició carreras de muchos aficionados para lograr una buena ubicación. Los más privilegiados fueron directivos de la Balear que vieron el duelo desde los locales federativos.