Rafel Nadal esperaba a las diez de la noche de ayer a Roger Federer en las semifinales del Abierto de Estados Unidos después de pasar por encima del ruso Andrey Rublev, 53 del mundo, por 6/1, 6/2, 6/2 en poco más de hora y media. El suizo debía ratificar su clasificación para la penúltima ronda del torneo ante el argentino Juan Martín del Potro, en partido disputado esta pasada madrugada.

Nadal disputó un partido perfecto, sólido desde el fondo de la pista, un seguro de vida con su saque -solo lo perdió una vez, en el primer set- y con una derecha ganadora. Eso sí, ayudado por su jovencísimo rival, que falló todo lo que se puede fallar y más. Fueron innumerables las veces que estrelló la pelota contra la red y solo en contadas ocasiones dejó ver su indiscutible calidad que le ha llevado hasta los cuartos de final de un grande por primera vez en su inciupiente carrera, dejando en el camino, entre otros, al búlgaro Dimitrov.

Pero Rublev demostró que todavía está muy verde para afrontar partidos del nivel de ayer y ante un rival tan ilustre como el que tenía delante. Tal vez por el nombre de su contrincante, con quien entrenó en Mallorca hace tres años, o por la responsabilidad del compromiso, lo cierto es que el tenista de Moscú no demostró ni una mínima parte de su calidad.

Para Nadal fue poco más que un entrenamiento, como lo fue su partido de octavos ante el ucraniano Dolgopolov. Llega por lo tanto a las semifinales (madrugada del viernes al sábado a la 1.30 horas, Eurosport) descansado y dispuesto a plantar batalla, ya sea ante Federer -en lo que sería su primer enfrentamiento en Nueva York con el suizo- o Del Potro.

Si se ven las caras Nadal y Federer -este año 3-0 para el suizo, incluida la final del Abierto de Australia-, estará en juego el número uno. El que se meta en la final será el lunes el primero del ránking, conservándolo en el caso de Nadal y arrebatándoselo si es Federer el que se lleva la victoria. Si Del Potro elimina al helvético, el manacorí conservará su privilegiada plaza, haga lo que haga en las semifinales. Nadal está preparado para la gran batalla. Parece que es su momento para intentar el asalto a lo que sería su tercer US Open tras los de 2010 y 2013.