No son regatistas, pero a ninguna les asusta la idea de cruzar el Atlántico en un velero. Son dos mujeres que han pasado por un cáncer y que saben de primera mano lo que es navegar contra el viento. "Es un reto porque nunca nos hemos enfrentado a una travesía como esta. Somos mujeres normales a las que nos gusta el mar, pero no tenemos conocimiento avanzados. Vamos a aprender a navegar porque este es otro reto en nuestra vida", explica Natalia Enseñat, impulsora de Ocean Dream, un proyecto que no solo consiste en navegar en velero desde Mallorca hasta la isla de Martinica, sino que también pretende servir como una plataforma capaz de canalizar la solidaridad de los ciudadanos hacia entidades comprometidas con los enfermos de cáncer.

"Es muy importante que las personas que hemos pasado un cáncer no renunciemos a actividades y retos vitales. Está comprobado que esta actitud positiva y emprendedora es buena no sólo para la recuperación del paciente, sino también para otras personas que están pasando por esta situación: del cáncer se sale", argumenta Enseñat, una mallorquina de 45 años que ahora se encuentra en la fase de remisión después de haber sufrido un cáncer de mama.

Belén Camps tiene 44 años y hace diez que padeció un cáncer linfático del que ahora está totalmente recuperada. "Esto es más que un proyecto, es una experiencia y una oportunidad que me da la vida", explica Camps, que no se lo tuvo que pensar dos veces pese a no tener ninguna titulación náutica. En el velero hay tres plazas más que se completarán mediante un proceso de selección abierto, y que ocuparán otras mujeres que también han pasado por un cáncer y que estén dadas de alta o en fase de remisión.

En ningún caso se requieren conocimientos náuticos avanzados, de manera que durante los meses de septiembre y octubre se llevará a cabo una preparación práctica. El armador del barco también ha sufrido un cáncer y formará parte de la tripulación, que zarpará de Palma el 4 de noviembre y que tiene previsto llegar a Martinica a mediados de diciembre, después de hacer escala en Lanzarote y en Cabo Verde.

La travesía consta de 4.000 millas náuticas y cada una de estas millas se pondrá a la venta entre los colaboradores del proyecto (empresas y particulares), al precio de diez euros a través de un crowdfunding. Una vez sufragados los costes del trayecto, los ingresos por las 'millas sobrantes' se destinarán a los proyectos de investigación contra el cáncer que ponga en marcha Cris Cáncer, una entidad que investiga la cura de esta enfermedad.

Enseñat explica que también pretenden llevar a cabo una serie de sesiones para tratar de concienciar a todas las personas que están pasando por un cáncer. "Quiero que la gente nos conozca y que cuando nos vean se dé cuenta de que del cáncer se puede salir. La idea es organizar una serie de mesas redondas para hablar de la superación", resalta Enseñat. "Hay mujeres que no se ven capacitadas para este reto en concreto, pero basta que sepan que pueden hacer otras cosas", añade convencida. Quieren ayudar y por ello han condensado ese sentimiento de empatía en este reto tan especial.