A falta de dos días para que arranque la competición, el Mallorca Open levantó el telón de su segunda edición ayer por la mañana en el Hotel Zafiro Rey Don Jaime y con la presencia de la tenistas internacionales Carla Suárez y Eugenie Bouchard. Ambas jugadoras acompañaron a la organización del torneo que presentó las últimas novedades de una cita que llega con el objetivo de seguir ofreciendo el mejor tenis del mundo en la isla.

Así, el Mallorca Open anunció una serie de novedades como la de una invitación para Sara Sorribes o la tenista mallorquina Yvonne Cavalle. También se confirmó que Martina Hingis disputará el cuadro de dobles junto a Yung-Jan Chan y se recordó que desde el próximo lunes los aficionados que acudan al torneo podrán ver al manacorí Rafel Nadal entrenándo sobre la hierba de Santa Ponsa para preparar su asalto a Wimbledon.

"El hecho de tener un torneo en España es muy positivo", valoró Carla Suárez. "Poder jugar en Mallorca es especial. El tiempo ayuda mucho. He podido entrenar estos días en las pistas y la hierba está muy bien", celebró la canaria. "Se agradece saber que la lluvia no va a ser un impedimento. Estoy con muchas ganas, con mucha ilusión. Llevábamos mucho tiempo pidiendo un torneo en casa", cerró la número 23 mundial.

"Me encanta la isla, repito porque me gusta mucho poder entrenar y jugar con sol. Es algo que no se puede tener en Inglaterra", dijo Eugenie Bouchard, que también estuvo presente en la edición inaugural del año pasado. "Ahora mismo no quiero marcarme objetivos. Prefiero ir día a día", se despidió la tenista, finalista de Wimbledon en 2014.

Rendidas a Nadal

Carla Suárez aprovechó su comparecencia para calificar de "histórico" el décimo triunfo de Nadal en Roland Garros. "Nos seguirá sorprendiendo", pronosticó. "Es muy difícil que un tenista gane tantas veces en París. Sabemos de lo que es capaz de hacer Rafa; siempre se supera y nos seguirá sorprendiendo", aseguró grancanaria. Bouchard, por su parte, también se rindió a Nadal y destacó que hizo "algo increíble" al levantar su décima copa en París.