El mundo del fútbol es tan imprevisible que cualquier cosa puede pasar en el Valencia con la llegada de Mateu Alemany como máximo ejecutivo de la entidad. No solo porque la larga trayectoria del que lo ha sido todo en el Mallorca esté plagada de luces y sombras, sino porque recala en una entidad volcánica, que vive en el lío permanente y es muy difícil de gestionar por la exigencia de una afición que se cree igual que el Real Madrid o el Barcelona. Cúper podría hablar un rato largo en este sentido. A sus 53 años y siete alejado del mundanal ruido, Alemany afronta un desafío descomunal en un club asfixiado por la situación económica. En el Valencia afrontará situaciones tanto o más complicadas que en el Mallorca, donde las vio de todos los colores. Desde la mejor época en los cien años de vida del club de la mano de Antonio Asensio hasta pasar a la historia como el ejecutivo que metió a la sociedad en concurso de acreedores tras heredar la etapa de Grande. Sin olvidar el fiasco de la venta a Martí Mingarro, que acabó en los juzgados y el posterior traspaso de acciones a Serra Ferrer. Alemany necesitará muchas dosis de fortuna para enderezar el rumbo de una entidad a la deriva. Experiencia no le falta.
