Las pesquisas de la Policía Judicial de la Guardia Civil han elevado hasta el momento a ocho el número de investigados en las agresiones del pasado domingo en Alaró durante el partido infantil entre el equipo local y el Collerense. No obstante, no se descarta que aumenten los implicados a medida que avance el análisis del vídeo grabado durante la reyerta.

Los investigadores del Instituto Armado están realizando un minucioso análisis de la grabación en la que se observa a padres de jugadores de los equipos infantiles del Alaró y del Collerense enfrentándose a puñetazos. Los agentes encargados del caso tratan así de reconstruir cómo se produjo la secuencia de los acontecimientos y determinar con exactitud cuántas personas participaron en las agresiones.

Desde primera hora de la mañana de ayer hasta la tarde, cuatro investigados comparecieron en el cuartel de la Guardia Civil de Inca, en la calle Rei Sanç, para prestar declaración. También acudieron a las dependencias otros tantos testigos para dar su versión de lo ocurrido.

"Ha ido bien, pero ahora ya no se puede hacer nada", comentó un hincha del Collerense, nada más abandonar las dependencias del Instituto Armado en la capital de es Raiguer, investigado por su presunta participación en la refriega. El joven, que salió cabizbajo del cuartel antes de subirse a un coche, aparecía en las imágenes del vídeo durante la pelea.

También acudieron a prestar declaración en el cuartel varios testigos. Entre estos se encontraba un vecino de Alaró que estaba viendo jugar a su nieta, futbolista del Collerense. Al término de su comparecencia, el hombre no pudo ocultar su indignación por lo ocurrido. "Mi nieta esta bien. pero muy asustada. Es vergonzoso que ocurra esto, sea donde sea y cómo sea. Hay demasiadas acciones violentas. Y en Alaró es bastante habitual", resaltó.

Otra de las personas que acudieron ayer a las dependencias de la Guardia Civil de Inca fue el policía local de Alaró Lluc Munar. En el momento del partido se encontraba fuera de servicio y viendo el partido contra el Collerense como un espectador más. Aunque también es entrenador del equipo juvenil. Al desencadenarse los acontecimientos, se vio obligado a saltar al campo para tratar de separar a los contendientes y que la agresión no fuera a más.

"Me consta que la gente se arrepiente de todo esto, pero lo hecho, hecho está. Los conozco y no son personas conflictivas para nada. Incluso gente del Collerense nos estaba ayudando a separar gente. Es de agradecer. No son hechos habituales", indicó el agente.

Enorme repercusión

El violento enfrentamiento entre los aficionados del Alaró y del Collerense el pasado domingo, día del Padre, ha tenido una enorme repercusión a nivel nacional e internacional. De hecho, algunos de los involucrados en la reyerta eran progenitores y familiares de los jugadores de fútbol infantil.

Hasta el momento los investigadores no cuentan con ningún parte de lesiones que haya aportado ninguna de las posibles víctimas. De hecho, pese a la violencia desenfrenada que se despliega en el visionado del vídeo grabado durante el encuentro, no se aprecian heridos de consideración. Por este motivo, el alcance penal de la reyerta en el campo de fútbol podría ser muy corto. En cambio, los implicados directamente en la pelea podrían afrontar unas multas muy elevadas en aplicación de la Ley del Deporte.