El comité de competición de la Federación balear de fútbol ha acordado esta tarde clausurar los campos del Alaró y del Collerense de manera cautelar únicamente para los partidos de sus equipos infantiles. En la práctica esta medida solo afecta al club palmesano porque el de Es Raiguer decidió el lunes sacar de la competición a su equipo.

Asimismo, urge a la Federación a que ponga en conocimiento de la Oficina de Defensa del Menor de Balears toda la información de la que dispone para que pueda evaluar "el daño sufrido por los menores al ser testigos directos del comportamiento de sus progenitores, y acuerden las medidas correctoras procedentes".

El comité considera una "infracción muy grave" la batalla campal protagonizada el domingo en Alaró por padres del equipo local y del Collerense porque provocaron "una situación de violencia excepcional colectiva con riesgo de integridad física para los intervinientes en el juego".

Ambos clubes se enfrentan a una sanción de 1.500 euros cada uno, la clausura de sus respectivos campos "un máximo de una temporada" para sus equipos infantiles o la "expulsión de la competición".

A título individual, el comité ha sancionado al delegado del Alaró, Vicente Ferrer, durante un mes "por incumplimiento de funciones por la desatención al árbitro y dos partidos por menosprecio por su actitud en el vestuario arbitral".