El presidente del Alaró, Llorenç Guardiola, fue ayer una de las personas más buscadas en Mallorca. Desde que se produjeron los incidentes su teléfono no ha dejado de sonar. Este mandatario estaba ayer tranquilo aunque muy disgustado y apenado por los incidentes que ocurrieron en su campo. "Es un tema muy difícil y complejo y en el que cada una de las partes tiene que poner de su lado. Tengo claro que necesitamos una solución", dijo este dirigente, que añadió: "El tema de la violencia es más grave de lo que uno se imagina. Hay que actuar. ¿Cómo? no lo sé, pero algo debemos hacer y si pueden ser medidas ejemplare y contundentes, mejor".

Para Llorenç Guardiola, el problema de la violencia existe. "No hay que buscar culpables. Lo ocurrido es la consecuencia de un problema que hay en el fútbol. Los directivos intentamos hacer nuestro trabajo pero en unos minutos todo se va al traste con acciones como lo ocurrido el domingo", dijo. J. V. Palma