'Crónica de una chapuza anunciada', se podría titular perfectamente la historia de la última obra de reforma y reposición de arena sobre las pistas del Hipòdrom Son Pardo, bajo la dirección del ingeniero Joan Artigues. Una operación que ayer quedó en evidencia, al no resistir el anillo la jornada de entrenamientos sobre ella del miércoles. Una incidencia pública, y a la vista de todos, que obligó a repararla de urgencia. Especialmente la base de la franja interior de la curva norte. La misma que históricamente precisa mayores atenciones, e inversión, que todo el resto del óvalo.
El propio Joan Artigues asumió ayer a DIARIO de MALLORCA haber tenido que "reforzar" una importante porción de la base de la curva norte tras habérseles pasado el viernes, cuando ya -según su versión- se detectó que "presentaba una situación delicada".
Igualmente, numerosos usuarios de Son Pardo -especialmente entrenadores- lamentan y critican que "nuevemente" la pista de competición "ha quedado excesivamente pesada" tras su renovación, con el añadido de una nueva mezcla de arena caliza y sílice sobre el anterior piso. Un experimento que Joan Artigues defiende como "el más adecuado".