El profesional noruego Eiking Odd, del equipo La Française des Jeux y de 22 años de edad, se impuso el sábado en la IV edición de la 'Clàssica dels Murs-Gran Premi Bar Ses Afores'. El joven escandinavo decantó a su favor el desenlace de una dura carrera, con un recorrido de 97.8 kilómetros y resuelta a una media de velocidad de 42.92 kilómetros por hora.

Eiking Odd se ha estrenado este año en la categoría de los UCI World Tour. Por algo llegó a Mallorca pocos días después de disputar en Australia el Santos Tour Down Under. Una vuelta de seis etapas -y un critérium- en la que fue de los mejores en la montaña, finalizó el 19 en la general individual y como el cuarto en la clasificación de los jóvenes. En ambas por delante del mallorquín Enric Mas, del Quick Step Floors.

David Muntaner entró en el grupo que se jugó la victoria en la meta de Sa Pobla y terminó en cuarta posición, como el mejor de los mallorquines y primero de los másters 30, la nueva categoría del ciclista de Establiments del equipo Metal Blinds.

En segunda posición concluyó el estadounidense Barry Miller, del continental Bliz Merida, mientras que la tercera posición fue para el pistard irlandés Mark Downey, corredor de categoría Sub 23 que compitió con el maillot del equipo Stupes. También terminó en el quinteto de cabeza de carrera el noruego Lunke Sindre, del Sunweb, de 23 años y ex UCI World Tour en el 2016 con el equipo Giant-Alpecin.

El quinteto de cabeza terminó en meta con una ventaja de 1:07 minutos sobre Hampus Anderberg y Dominic Schills, mientras que el grueso del pelotón cedía hasta más de cinco minutos, encabezado por Andreas Linden, con Alberto Muntaner décimo y el fornalutxer Joan Ruiz, del Burgos-BH, en undécima posición. Vigésimo y como primero de los júniors entró en meta Jorge Gómez, del Ciclos Quintana.

Las cuestas de Búger, las rampas del puerto de Son Biali, y las seis vueltas a uno de los circuitos más exigentes del calendario endurecieron el desarrollo de una prueba que completaron 49 ciclistas. Con muchos de ellos viéndose obligados a poner pie a tierra en diferentes de los muros que presentaba el trazado. Varios enganchones complicaron también a más de uno mantenerse en los puestos de cabeza.