El piloto mallorquín de MotoGP Jorge Lorenzo inauguró ayer en Andorra la Vella el museo World Champions by 99, en el que rinde homenaje a los campeones de Fórmula 1 y a las máximas cilindradas del motociclismo a través de los objetos que ha coleccionado en los últimos cuatro años.

El proyecto de Lorenzo se ha plasmado en un local de dos plantas situado en el centro de la capital andorrana. La primera cuenta con un espacio de bar y ocio, en el que aparte de tomar un refresco se pueden probar simuladores de MotoGP y Fórmula 1, además de seguir retransmisiones televisivas. En la segunda planta es donde se exponen los objetos de los campeones de las dos disciplinas, sobre todo monos de competición y cascos.

En el apartado de Fórmula 1, Phil Hill inaugura la colección con un mono de 1961 y también hay objetos de pilotos ilustres como Emerson Fitipaldi, Niki Lauda, Ayrton Senna o los más recientes Sebastian Vettel o Lewis Hamilton. En el apartado motociclista figuran nombres como Barry Sheene, Kenny Roberts, Freddie Spencer, Wayne Gardner o Kevin Schwantz, entre los más clásicos. La exposición, cuya entrada cuesta diez euros, tiene un espacio destacado para Michael Schumacher y Mick Doohan, dos de los pilotos que más han marcado a Lorenzo.

La parte final del recorrido está reservada a la trayectoria del mallorquín, donde expone trofeos, material y también la Yamaha con la que ganó el título de campeón del mundo en 2015.

"Es mi pequeño homenaje a campeones que han marcado un antes y un después de su deporte", indicó Lorenzo, que afirmó que su condición de piloto profesional le ha permitido a acceder al centenar de objetos con los que cuenta su colección privada. Lorenzo, que la temporada que viene correrá con Ducati, desveló algunas características de su nueva moto. "Es muy potente y la velocidad máxima es muy buena", señaló, aunque también aseguró que, como todas las máquinas, tiene "puntos fuertes y débiles".