Su juventud contrasta con la de los primeros clasificados del maratón. Tenemos que remontarnos al puesto 23 de la general para encontrar a alguien más joven que el ganador de la décimo tercera edición del Palma de Mallorca Marathon. Con un bonito dorsal sobre el pecho, el 1001, Richard Waldron (1987) atravesó la línea de meta en dos horas, 38 minutos y 18 segundos. Si esperaba ganar, al menos lo escondió muy bien. Waldron se encubrió en la línea de salida. Quizás no quería hacerse notar, pero su rubia cabellera no formaba parte del pelotón de inicio, donde suelen situarse los mejores. Trece segundos más tarde del pistoletazo de salida, Waldron empezó su carrera. Era su primera participación en el maratón de Palma y a los 10 kilómetros ya aventaja al segundo clasificado en casi cuatro minutos. Su mayor ventaja la consiguió en el kilómetro 30. Siete minutos que utilizó para relajarse en el último tramo de la carrera. Sonriente y sin aparentar un gran esfuerzo, atravesó la línea de meta. "Es mi primera participación en este maratón, pero volveré para defender el título. Todo ha sido fantástico, el calor de la gente, correr con este ambiente y el recorrido, no puedo pedir nada más", relataba Waldron tras finalizar la prueba. En la meta esperaban familiares que le felicitaban sin grandes esperpentos, quizás acostumbrados a tanta hegemonía.