-¿De qué manera colabora el Torneo de Pádel Diario de Mallorca con AEA Solidaria?

-Parte de la recaudación de las inscripciones serán para la asociación, y se destinarán a la construcción de un centro de día en Bocachica, Santo Domingo.

-¿Cómo nació esta entidad?

-A raíz del terrible terremoto que asoló Haití en 2010, mis compañeras, azafatas de Air Europa, aprovechaban cuando les tocaba ese destino para llevar toda la ayuda humanitaria posible. A partir de ahí, y siendo conscientes de la situación del país, empezamos un proyecto con un grupo de niños, alrededor de 120 menores, con el que tratamos de cubrir sus necesidades básicas.

-¿Cuántos empleados de Air Europa están implicados en esta tarea solidaria?

-La asociación está dirigida por tres personas: Marta Andreu, Marta Ríos y yo. Pero la mayoría del personal de Globalia participa activamente, colaborando en todos los proyectos. Ya sea visitándolos, con aportaciones económicas o con recolectas de material. Su ayuda es imprescindible para nosotras.

-¿De qué manera obtienen fondos para llevar a cabo los proyectos solidarios?

-Cada primer miércoles del mes realizamos un desayuno solidario en las instalaciones de Globalia, recibimos diferentes visitas de figuras importantes de la isla que se deciden a ayudarnos. Nuestros embajadores, Jaime Anglada y Carolina Cerezuela, siempre están dispuestos a colaborar. También lo hacen diferentes entidades deportivas de la isla, como el Real Mallorca, el Palma Air Europa o el Palma Futsal.

-¿Dónde están centrando su esfuerzo en estos momentos?

-El proyecto más inmediato es la creación de La Matica, un centro de día multiusos donde los niños con quienes trabajamos puedan tener cubiertas sus necesidades básicas, empezando por la alimentación y dando un refuerzo a su educación para poder labrarse un futuro mejor.

-¿Qué están llevando a cabo en Bolivia?

-En Bolivia trabajamos con el Hogar de Niños Santa Cruz.Un centro que tiene unos 150 chicos, intentando cubrir sus carencias, sobretodo las afectivas. Todos los niños merecen sonreír y saber que alguien está trabajando por ellos.

-¿Y en Santo Domingo?

-Cada país tiene unas necesidades diferentes. En Santo Domingo, aparte de la creación del centro de día, trabajamos la educación de los niños para que eviten que caigan en caminos fáciles, trabajamos por mejorar su autoestima y siempre dándoles el mayor cariño posible. No podemos cambiar el mundo, pero si la vida de algunos niños.