El piloto vasco Andrés Vilariño reinó de nuevo en la Pujada al Puigmajor disputada este fin de semana. Vilariño volvió a llevar a su espectacular barqueta Norma hasta lo más alto del podio, dominando con mano de hierro la carrera, aunque en esta ocasión no logró batir el récord obtenido por él mismo en 2012, en la que consiguió bajar de los dos minutos.

La mítica prueba sollerica celebró su 37ª edición y contó con una gran participación con un total de 74 vehículos, con muchos equipos peninsulares que no quisieron perderse la prueba mallorquina que celebró una de sus mejores ediciones, hecho que atrajo un gran número de aficionados que se desplazaron hasta Sóller para seguir las evoluciones de los pilotos. La prueba estuvo marcada por el emotivo homenaje al mallorquín Toni Roca, fallecido este verano por causas naturales.

En segunda posición se clasificó el mallorquín Pedro Mayol, que mantuvo una intensa lucha con los pilotos del equipo catalán 'Demon Car' Santi Guitard y Francesc Munné, llevándose finalmente el gato al agua, resultado que le sirve para proclamarse matemáticamente campeón de Balears por tercera vez consecutiva, a falta de una carrera para que finalice el campeonato.

En turismos la lucha por las primeras posiciones estuvo muy competida, siendo el espectacular Audi R8 de Jose Antonio López-Fombona quien se hacía con la victoria por delante del Mosler de Raúl Borreguero y el Porsche GT3 de Humberto Janssens. El cuatro veces campeón de España Pedro Roca se impuso en la modalidad de tramo cronometrado.

En el aparatado de regularidad, en regularidad sport ganó la pareja formada por Jaime y Enrique Carbonell mientras que en super-sport Juan A. Lladó. La modalidad de Drifting fue coto privado del Toyota de Miquel García.