Mario Mola se exhibió en Hamburgo, en la última prueba de las World Series de trialón antes de los Juegos de Río. El mallorquín cumplió con los pronósticos de la carrera, en modalidad esprint, adjudicándose la victoria y recuperando el liderato del Mundial.

Mola, de 26 años, firmó su cuarta victoria del año, después de las logradas en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), Gold Coast (Australia) y Yokohama (Japón), al imponerse en la ciudad-estado hanseática al surafricano Richard Murray, que fue descalificado, por lo que el también español Fernando Alarza, relegado al cuarto puesto tras una 'foto finish', acabó siendo tercero por detrás del australiano Jacob Birtwhistle.

Los dos triatletas homenajearon ayer al gallego Javier Gómez Noya, que se perderá los Juegos de Río por lesión, con una exhibición en Hamburgo, en una prueba con un desenlace alocado.

La expedición española se encontró de sopetón el jueves, ya en Hamburgo, con la noticia de que Gómez Noya -único quíntuple campeón mundial de la historia del triatlón y medallista de plata en Londres-, que centraba toda su temporada en buscar oro en los Juegos de Río, no estaría en Brasil. Se cayó de la bici entrenándose en Lugo, fue operado de una rotura de la cabeza del radio del brazo izquierdo y se perderá el resto de la temporada. Mola y Alarza le homenajearon como mejor saben, subiendo al podio.

El surafricano Henri Shoeman fue el primero en salir de las aguas del Binnenalster, el más pequeño de los dos lagos que llenan las aguas del Alster, afluente del Elba, donde se nadaron 750 metros.

Lo hizo justo delante del estadounidense Tommy Zaferes, marido y compañero de selección de Katie, vencedora una hora antes en la prueba femenina, también en distanciae sprint (mitad de la olímpica).

Se formó un gran pelotón y la bici discurrió sin mayores consecuencias salvo demarrajes infructuosos del australiano Ryan Fischer, primero; y del danés Andreas Schilling y del estadounidense Ben Kanute, después. Todo tras la caída del ruso Dmitry Polyanskiy y del español Vicente Hernández -sustituto de Gómez Noya en Río-, que no sufrieron daños mayores al patinar bajo la lluvia.

Al frente del pelotón

'SuperMario' se situó al frente del pelotón para evitar percances, controlando la carrera en el segmento ciclista, de 20 kilómetros, con enorme inteligencia. Más que la que mostró su compañero de entrenamientos, Murray, que no se había dado cuenta de que estaba sancionado con diez segundos por dejar, en la primera transición, su neopreno en el cajón equivocado: el del alemán Gregor Buchholz.

El trialeta de Calvià yel surafricano se bajaron de la bici y se despidieron del resto en el primer tramo de los cinco mil metros de la carrera a pie. Pero cuando todo indicaba que se jugarían la victoria al esprint,el mallorquín, caballeroso, le advirtió a su compañero de que debía pararse a cumplir la sanción de diez segundos, porque si no lo hacía sería descalificado.

Murray, que se tuvo que parar a poco más de cien metros para cumplir una sanción cuyo motivo desconocía, se enfadó mucho; y entró haciendo un corte de mangas y golpeando un par de señales en la línea de meta.

Donde Mola festejó la recuperación del liderato, ahora con 3.833 puntos, 390 más que Alarza (de 25 años, campeón mundial júnior hace seis), que falló algo en la segunda transición y afrontó la carrera a pie muy mal colocado, justo al fondo del grupo.

Alarza demostró arrojo y forzó la 'foto finish' tras el esprint final, después de cambiarle el gesto a Birtwhistle, que se sentía tercero.

El visionado posterior de los jueces demostró que la plaza era para el australiano, pero, en un desenlace de auténtica montaña rusa emocional, Murray acabó descalificado por comportamiento antideportivo. Y en Hamburgo sonó la Marcha Real con dos españoles en el podio y con el triatleta mallorquín Mario Mola en lo más alto.