El mallorquín David Bustos es desde ayer el único atleta español que ha subido a un podio de 1.500 en alta competición en los diez últimos años. Y con su segunda posición en el Europeo de Amsterdam saca de la depresión a una de las grandes especialidades, con una gran remontada que le llevó a ganar siete puestos en el último 200 para colgarse la medalla de plata, cuatro años después de su bronce de Helsinki.

En esta ocasión David Bustos se colgó su segunda presea continental con una marca de 3:46.90, intercalándose entre los hermanos noruegos Ingebrigtsen, Filip -ganador con 3:46.65- y Henrik, campeón en 2012, segundo en 2014 y tercero ayer con 3:47.18.

A rebufo del francés Florian Carvalho (1:03.5 el primer 400), Bustos se acomodó en el segundo puesto y, muy seguro de su remate final, no le importó ceder posiciones al paso por el 800 en 2:10.43, cuando el ritmo comenzó a avivarse, todavía con Carvalho en cabeza de carrera.

Entró noveno al toque de campana y recorrió por dentro casi todo el último giro, hasta salir a la calle tres para protagonizar la remontada del día. Ahora bajo la dirección técnica de Toni Roig en Eivissa, Bustos lleva dos Europeos siendo el único finalista español.

De esta forma, la plata de David Bustos se convirtió en la quinta medalla española en Ámsterdam, rematando una jornada sabatina hasta entonces anodina y decepcionante para el equipo español.

En su valoración de su condición de subcampeón de Europa de 1.500, David Bustos celebró la decisión de correr de atrás para adelante. "Era lo que esperaba. Le dije a mi entrenador: no te preocupes, voy a correr atrás, prefiero guardarme del 1.000 al 1.200 y luego tener fuerza para cambiar y me ha salido bien. Si llego a estar más adelante quizá hubiera podido luchar por el oro, pero si me pasa lo mismo que en semis, igual me adelantan tres o cuatro y no cojo medalla", explicó sobre su táctica.

Bustos aseguró que viajó a Amsterdam para luchar por la medalla, "pero en 1.500 nunca se sabe". "Siempre suelo salir rápido, me he colocado arriba pensando que ya me adelantarían, sin desgastar. No he opuesto resistencia cuando lo han hecho, y en cuanto he visto hueco he tirado para adelante. Me ha salido bien", concluyó.

"Sé que si tengo ese punto de fuerza y de resistencia soy muy rápido al final. Si me falta eso no soy capaz de hacer este esprint. Al ser una carrera tan lenta entraban en juego mucha gente, pero yo lo prefiero así. Me gusta un ritmo medio, entre 3:38 a 3:40 y sin desgastarme para llegar con mucha fuerza", apuntó David Bustos.

En un año "de muchos cambios" para él, Bustos ha cambiado de entrenador, "pero con uno que conocía desde pequeño", recordó. "Sabía que me hacían falta cuatro cosillas que él me iba a implementar a la perfección: levantar la cadera, ampliar la zancada, hacer bien el gimnasio con fuerza en arrastre, cosas que echaba un poco de menos. He notado una mejora de la hostia y estoy contentísimo", celebró el mallorquín.

Y con vista a su participación en los Juegos de Río avisó que "hay que seguir entrenando para intentar estar en la final olímpica, que es lo que me hace mayor ilusión. Ojalá pudiéramos ir tres a los Juegos". Por el momento, la próxima semana piensa correr un 1.500 con el propósito de hacer marca personal, que ahora es de 3:34.77. "Creo que estoy para hacerla, y luego iré al Campeonato de España", adelantó David Bustos.