El Atlético de Madrid se hizo con la Copa del Rey al derrotar ayer al Real Madrid (3-4) en la prórroga, en un encuentro en el que el mallorquín Toni Moya, centrocampista rojiblanco, fue decisivo con dos goles que permitieron a los jugadores colchoneros ir al tiempo extra tras ir perdiendo por 3-1.

El partido arrancó en Son Bibiloni con mucho ambiente en la grada -cerca de 80 espectadores- y un Atlético apostando por esperar el fallo del Real Madrid. Así llegó el primer tanto, en un robo al central Manu que permitió a Zaka batir al portero blanco, hijo de Zidane. Reaccionó el equipo de Solari, que se topó con un espléndido San Román, hasta que en dos minutos Mario, con un centro al área rematado por Garci tras un rechace, y al transformar un penalti se convirtió en el hombre del duelo. Estaba en estado de gracia y poco después transformaba un claro penalti a Fidalgo. Poco más hasta el descanso.

En la reanudació, el Atlético, que jugaba su primwra final desde 1958, apretó los dientes y se lanzó a por la portería de Luca. Una jugada personal por la banda izquierda del mallorquín Toni Moya -que jugó tres años en el Mallorca antes de irse a Madrid- permitió a los rojiblancos recortar distancias en un balón que se le envenenó a Luca.

El cansancio hizo mella en los jugadores y Moya aprovechó un agujero por la zona central para igualar la contienda, con un chut raso ajustado al palo, cuando el Madrid enfilaba el título.

Más fresco por los cambios, el Atlético presionó arriba en el arranque del tiempo extra y Solano sorprendió con una excelente vaselina a Luca. Los colchoneros aguantaron el 3-4 con solvencia y el Madrid perdía su tercera final consecutiva, ante un Atlético que este año ha ganado Liga y Copa.