El Palma Futsal disfruta con las finales. O al menos así lo ha reflejado durante esta temporada en los encuentros en los que se lo jugaba todo a una carta, por mucho que se quedara sin la Copa del Rey en el último suspiro. La plantilla está concienciada para el trascendental encuentro de este jueves ante el Movistar Inter, que puede suponer una histórica clasificación para la eliminatoria decisiva por el título de Liga.

El sorprendente triunfo del pasado viernes en Torrejón (2-3) ha hecho temblar los cimientos del fútbol sala nacional y, por supuesto, del denominado mejor equipo del mundo. Esta inesperada ventaja en las semifinales al mejor de tres partidos (0-1) debe ser aprovechada por los Vadillo, Barrón y compañía en un encuentro en el que se puede colgar el cartel de no hay billetes en el Palau d'Esports de Son Moix.

Es una oportunidad única, de las que quizá no se vuelven a presentar, pero la mejor noticia es que el Palma está preparado para el reto. "A mis jugadores no les van a temblar las piernas", asegura convencido el técnico Juanito a DIARIO de MALLORCA, que apela a la madurez de su grupo para rendir al máximo nivel frente a un equipo plagado de estrellas internacionales.

Porque el Palma Futsal ya ha demostrado que sabe jugar este tipo de partidos. En la anterior ronda ante el Aspil Vidal Ribera Navarra ya se vio obligado a remontar tras caer en el primer choque en Tudela. Son Moix fue talismán ante un rival que no es de los grandes, pero que fue muy incómodo y que demostró por qué se clasificó en la quinta plaza en la Liga.

Contra el Movistar Inter será otra historia, pero puede que termine también con un desenlace feliz. Precisamente en los cuartos de final de la Copa del Rey, ante el club propiedad del periodista José María García, ya fue capaz de asombrar a la Liga con un triunfo inolvidable con un gol de Pizarro a menos de un minuto del final (1-2).

Pero quizá en la retina de la afición color verde pistacho guarda un papel especial la semifinal del torneo del KO. Todo apuntaba a un triunfo del todopoderoso Barcelona, pero los mallorquines asaltaron el Palau Blaugrana con una lección de competitividad (1-2) y rubricaron el pase a la final con una victoria en una noche mágica en Son Moix ante casi cuatro mil espectadores (4-3). Un club con diez veces más presupuesto quedaba apeado por la ambición y la garra de un Palma que se quedó con las ganas de levantar el primer título de sus dieciocho años de vida. En la final de Sevilla obligó a otro de los grandes, ElPozo Murcia, a vencer a escasos veintiséis segundos del final de la segunda parte de la prórroga. Eso fue un mazazo, pero toda una inyección de experiencia que le puede ayudar en un momento similar ante los madrileños. Este duelo no acabó en victoria, pero quizá el destino le tiene preparado otra gran alegría. Y lo mejor sería que llegara este mismo jueves. Es el más difícil todavía.